“La observación es muy emocionante, es difícil, es angustiosa, es mucho estrés pero me gusta mucho. Me fui a estudiar a la universidad de California e hice observaciones en el observatorio de Lick y ahí sí ya estaba yo sola en mi telescopio y es una enorme responsabilidad tener un equipo caro, encomendado a uno pero a la vez es muy bonito, es muy emocionante, es verdaderamente sobrecogedor“, nos cuenta Silvia Torres Castilleja.
La doctora Torres nos cuenta que a pesar de que el telescopio era muy grande, pesado y había que moverlo a mano, la observación en él era una actividad que le gustaba demasiado. Agrega que a veces había que cambiar de equipo, para lo que era necesario meterse en una parte del tubo y ella no alcanzaba del todo.
“Había que meterse a una parte del tubo y yo casi no alcanzaba entonces era terrible, yo sufría mucho porque casi no alcanza y dije ‘aquí me voy a ir de boca y me voy a caer al fondo del telescopio’, no había manera, pero sí lo logré“, recuerda.
Silvia Torres Castilla es doctora en Astronomía, la primera mujer mexicana en obtener el título de Doctorado en este campo de la ciencia.
Además, el 14 de agosto de 2015 se convirtió en la presidenta de la Unión Astronómica Internacional (UAI, por sus siglas en inglés), haciendo historia una vez más al ser la primer mujer mexicana en presidir el organismo con sede en París y que agrupa a más de 11 mil especialistas de 90 países.
Es investigadora emérita del Instituto de Astronomía de la UNAM, donde también fue directora, y del Sistema de Investigadores.
¿Cómo era ser mujer estudiando ciencias exactas?
La doctora Torres, quien ha centrado su trabajo en las nebulosas planetarias y las regiones HI, explica que en la carrera de Física, cuando ella estudió ya había pocas mujeres y en la facultad encontrabas muchas mujeres que estaban estudiando principalmente Biología, por lo que nunca se sintió extraña o ajena. Afirma que se sentía contenta con tener muchos compañeros varones, situación que vivió desde la preparatoria.
“Quizá por ser mujer sí puedo decir que nunca me cruzó por la mente ingresar a Ingeniería. La Facultad de Ingeniería era muy exclusiva de hombres y eran bastante agresivos y acosadores en el sentido de que el solo pasar cerca de la facultad, del edificio, siempre había muchachos ahí y gritaban y chiflaban. Entonces pues era un acoso ligero, no estoy diciendo que se acercaran y nos dañaran, pero siempre es molesto, era incómodo, entonces jamás pensé que pudiera estudiar ingeniería por esas razones y quizá me hubiera gustado, por cierto, pero ni lo contemplé“, señala.
La investigadora y académica de la UNAM comenta que a pesar de que en las ciencias de la salud hay muchas mujeres, son considerablemente menos en las ciencias exactas, como física, matemáticas, ingenierías, etc. Aunque cuando ingresó a la facultad las cosas eran distintas, actualmente hay más igualdad y libertad. A pesar de ello, hoy en día no hay suficientes mujeres.
Inspiración en otras mujeres
La doctora Torres explica que una de las mujeres que la inspiró a recorrer el camino por el que pasó fue la primera astrónoma mexicana, Paris Pişmiş.
“Me antecedió por muchos años, era una persona 30 años mayor que yo así que no puedo decir que fuimos amigas del alma, pero la respeté mucho. Pero sí había una cercanía académica, había una cercanía de mucho respeto y su presencia era muy reconfortante, no es que se hablara de ser mujer ni de nada de eso pero el solo de hecho de estar ahí una mujer era reconfortante para mí“, nos relata.
Un entorno tradicionalista
La doctora Torres-Peimbert, por el apellido de su esposo, creció en un entorno muy tradicionalista en el que le enseñaron que las mujeres servían para cuidar a los hijos, a la familia, para cocinar, la casa, estar siempre arreglada y cuidar a los mayores.
Por otro lado también le dieron mucha libertad de hacer lo que quisiera y le dieron alas “de volar hasta donde yo quisiera“. En relación a la educación tradicional, explica que es un asunto normal. Cuenta que su familia quiso darle los medios para sobrevivir en la sociedad de acuerdo a los criterios vigentes en el momento.
“Pero sí es una carga, eh. Porque entre guasa y guasa uno se lo cree, lo lleva uno muy adentro esta manera de sentir, de ver y es muy difícil quitarse estas formas de ser“
Uno de los consejos que la doctora Torres da a las jóvenes y niñas de las nuevas generaciones es que se fijen quién será su pareja, si así lo deciden. Señala que es importante estar al lado de una persona que las impulse a llegar hasta donde quieran, que las apoyen y con la que hagan un buen equipo.
“Les deseo mucho que lo hagan bien, con mucho entusiasmo, que sí se animen (a estudiar una carrera de ciencias exactas), que es una actividad realmente entretenida, divertida, es un reto diario, podemos estar haciendo ejercicio mental porque siempre hay nuevos temas que tratar y eso es bueno. Una manera de ejercitar el cerebro es ser científico”, señala con la esperanza de inspirar a más niñas y mujeres.