La mañana de este 5 de enero nos despertamos con la noticia de que Ovidio Guzmán, integrante de una fracción del Cártel de Sinaloa e hijo del Chapo Guzmán, fue detenido en Sinaloa.
Las imágenes que nos llegaron por medio de redes sociales nos hacen imaginar el infierno: carros incendiándose, bloqueos por todos lados, comercios cerrados, las personas encerradas en sus hogares, balazos que llegaron hasta aviones…
Pero, ¿de qué manera viven todo este operativo y los ataques consecuentes las personas que residen en Culiacán?
Para entender un poco de lo que escucha y lo que se vive en este día del terror, en Sopitas.com platicamos con dos personas que viven en Culiacán y que están pasando por toda la incertidumbre y bloqueos.
“El silencio se siente peor”
Platicamos un momento con Sonia (nombre ficticio para proteger la identidad), quien nos contó todo lo que vivió de manera personal desde que se levantó este 5 de enero.
Ella vive con su esposo y con sus 4 hijos en Culiacán. Todos los días se despiertan muy temprano para alistar a los pequeños y para preparar todo en casa. La diferencia es que hoy tenía muchos mensajes en su celular.
El más importante: el de su tía, la única persona de su familia directa que también está en Culiacán. Le decía que no salieran de su casa ni de broma y que se encerraran bien.
Cuando se enteró de la captura de Ovidio y de todos los bloqueos y ataques entendió por qué en la calle había tanto silencio. Afirma que generalmente por su casa hay mucho ruido porque es una calle transitada, pero ahora absolutamente nada.
“El silencio se siente peor que cuando recién empezó la pandemia. No sé donde hayas estado tú, pero aquí fueron como 2 o 3 meses de mucho silencio en las calles. Ahora es peor”.
Sonia y uno de sus hijos tenían cita con el doctor porque están enfermos. Todo se tuvo que cancelar, no hay doctor, tampoco farmacias y mucho menos supermercado para comprar alimentos.
Afortunadamente, nos cuenta, ella tenía algunas reservas.
“En su mayoría se siente eso, ansiedad, impotencia, incertidumbre…”.
“Despierto y lo primero que leo es que está volviendo a pasar”
Roberto es originario de Culiacán, creció ahí y ahí se quedó a vivir. Nos explica que el día comenzó como de costumbre pero cuando vio las noticias y los videos, solo pudo pensar que estaba volviendo a pasar.
Afirma que su primera sensación fue de tristeza, “su cuerpo quiso llorar”. Lo único que le dio consuelo fue pensar que estaba en casa, junto con su familia, en un lugar seguro y no afuera.
“Al pasar los minutos esta tristeza se convirtió en molestia, decepción y coraje, principalmente con la reacción social, algunos bromeando, otros idolatrando tremenda situación que no es más que algo normal que en esta ciudad se acostumbró a ver… como algo común o fácil de digerir“, nos dice.
Roberto afirma que ahora siguen las consecuencias de la detención. Al menos para la población hay incertidumbre de lo que va a pasar en lo que resta del día, semanas y meses.
“Vivir así y volver a la normalidad algún día cercano”.