Dando a entender que ya suficiente hizo con tomarse fotos con su gabinete de Seguridad y medio dar frases condenatorias, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, prefirió no emitir una opinión concreta respecto a la destitución de Ángel Aguirre de su puesto como gobernador de Guerrero, esto tras la ola de protestas que en su contra hay, responsabilizándolo por los hechos ocurridos el pasado 26 de septiembre en Iguala.
Con ese fluido vocabulario que lo caracteriza -sobre todo cuando lo agarran en situaciones apretadas- EPN señaló que esa decisión es “es una definición propia de allá”… y cómo no querer que se quede Aguirre en el puesto, si es quien le está amortiguando toda la crítica ante la infructuosidad de tanto “operativo” que se realiza para la localización de los 43 normalistas que desde que fueron atacados por policías locales y un grupo armados, pues nomás siguen sin aparecer.
“El gobierno federal no puede sustituir las responsabilidades que tienen los propios gobiernos estatales (…) Demos espacio y dimensión a lo que ha pasado ahí. Es un asunto que merece especial atención, pero también demandando que el gobierno del estado asuma su propia responsabilidad”, dijo el Ejecutivo a los pocos días de sucedidos los hechos en Iguala… en esa costumbre deslindadora que caracteriza a todos los políticos del país.
Después de cumplidas tres semanas de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, el presidente apenas se reunió con su gabinete de Seguridad para tocar el tema… no se dijo qué se definió en ese encuentro, pero ahora –en breve entrevista después de una gira por Coahuila- señaló que se tomarán acciones para completar el esfuerzo que se hace en Guerrero para tener una mayor seguridad… pero mejor así de muuuy lejitos.
Cuestionado también sobre si se llegó a un acuerdo en esa fotografiada reunión “gabinetera”, el Ejecutivo nos dejó con las ganas de una respuesta, ya que no será él quien proporcione ese tipo de información, sino que cada área de seguridad pública se encargará de inventar algo de dar a conocer las acciones que se tomarán para –¿ahora sí?- encontrar a los estudiantes y hacerle frente al crimen organizado.
Escueto, tibio… así el presidente mientras el país está que arde.
