Era lógico que llegara este día: después de tanto golpeteo en su contra, le urge una sobadita de marihuana con alcohol.
Al tomar el micrófono en el inicio de una cumbre sobre drogas, esto en la sede de las Naciones Unidas, Enrique Peña Nieto comentó que ¡ya chole! con eso de andar quemando a escondidas… lo que se tiene que hacer es avanzar hacia la legalización de la mota. Ehhh, no tan rápido aquellos que ya quieren quemarle “las patas al diablo” y escuchar a King Crimson. Hay un detalle:
Aunque reconoció que el prohibicionismo nomás no hace que la gente deje de echarle orégano al pozole, con lo cual el crimen organizado sigue produciendo y traficando, EPN aclaró que la marihuana sólo podría vislumbrar su legalización en dos determinados campos:
“Como presidente de México, en esta sesión especial doy voz a quienes ahí expresaron la necesidad de actualizar el marco normativo, para autorizar el uso de la mariguana con fines médicos y científicos”.
Según Peña, su gobierno ha intentado que la estrategia del combate contra las drogas sea lo menos violento posible… cosa que evidentemente no ha conseguido, claro esto no nomás es bronca de México: “ pesar de los esfuerzos y resultados no estamos totalmente libres de la amenaza criminal mientras siga creciendo una demanda internacional” por las drogas.
Por lo anterior, EPN pidió a los representantes de los demás países que ya le bajen al consumo de mostaza… es más, cual enviado divino para mostrar la “Tierra prometida”, el mandatario nacional propuso un decálogo para los países marihuanos. Bueno, ése no es el nombre, pero lo usaremos provisionalmente. El caso es que el primer mandamiento sería adoptar el principio de responsabilidad común compartida, ya que el problema de las drogas es internacional y debería involucrar a todas las naciones.
- Reforzar el frente común ante el crimen organizado cerrando espacios a sus operaciones financieras y delitos conexos.
- Mayor coordinación y colaboración entre las agencias especializadas del sistema de la ONU para abordar
- Alinear las políticas públicas y acciones derivadas de la política internacional con el programa de desarrollo sostenible 20-30 aprobado por las propias Naciones Unidas.
- Atender los daños sociales relacionados con el mercado ilícito de drogas
- Atender el tema desde la perspectiva de los derechos humanos
- Tratar el problema de las drogas como asunto de salud pública
- Que los delitos relacionados con las drogas deben privilegiar penas proporcionales y alternativas al encarcelamiento desde una perspectiva de género y de edad
- Sumar esfuerzos internacionales para prevenir el consumo de drogas con campañas eficaces que protejan a los miembros más vulnerables de la sociedad
- Asegurar la disponibilidad y mejor acceso de las sustancias controladas para fines médicos y científicos.
Cuando dijo decálogo esperábamos cosas como “no quemarás la mois en vano”, “no desearás el churro de tu prójimo”, “no matarás la bachita”… cosas así. Pero qué se le va a hacer.