Él sólo quería cantarle al amor…
Armado sólo con su voz, guitarra y harto amor para dar (además de unas percusiones infames) un jovenzuelo intentó demostrarle su amor a una dama por medio de una desentonada pero sentida serenata.
“¡Cállate, me estás molestando, para ya!” fueron las palabras de la iracunda musa, a lo que el pobre intérprete sólo respondió “Me gustas”… la respuesta del objeto del amor de nuestro héroe no fue la deseada y además de partirle el corazón, también arrasó con el pobre instrumento de seis cuerdas.
Por escenas como éstas es que los hombres románticos nos estamos acabando…