Las que se pondrán punks son las abuelitas, porque seguro muchas de ellas se negarán a colocar al “niñito dios” en un nacimiento todo pelón, pero ni modo. Según la SEMARNAT, el musgo y heno deben de permanecer en la naturaleza… y ni modo.
Aunque muchos ya la regaron, unos otros todavía están a tiempo de no darle más en la mother a la naturaleza en esta temporada navideña. Ahora ya no basta con comprar un arbolito artificial (o adquirirlo en puntos autorizados y ecológicamente comprometidos), sino que habrá que cambiar la forma de armar el tradicional nacimiento.
Por recomendación de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), hay que evitar la compra de musgo y heno. ¿Por qué habría de comprarlo?, preguntarán unos… pero los que conservan las tradiciones de la época sabrán que esos dos elementos son harto indispensables para los nacimientos navideños.
De acuerdo con la SEMARNAT, el musgo y heno son un recurso natural clave en la conservación de suelos… de ahí que es mejor dejarlos en sus respectivos ecosistemas. Además, acusa la dependencia, en la mayoría de los casos la extracción del heno y musgo se hace a la ¡viva México!… es decir, sin un plan de manejo, por lo que genera un alto impacto ecológico y socioambiental (negativo, claro).
Por si todavía no consiguen convencer a su abue de ya no comprar musgo, para simular el pastito sobre el que los pastorcitos caminan para ver el nacimiento del baby Jesús, la SEMARNAT recuerda que es de enorme importancia en el ciclo del agua. “Almacenan este recurso y previenen la erosión”.
Si lo anterior les vale y a como dé lugar quieren que el nacimiento quede a la old school, la dependencia señala que, así como el heno, el aprovechamiento del musgo está reglamentado por las autoridades… por lo que su extracción y comercialización, en muchos de los casos, se hace de forma ilegal. Y violar la ley hace llorar al niño Dios.