En conferencia de prensa desde Palacio Nacional, la Secretaría de Salud informó que hasta este viernes 21 de agosto en México ya se tienen un total de 82 mil 953 casos acumulados de COVID-19, así como de 59 mil 610 fallecimientos. Si comparamos estas cifras con los números de ayer, tenemos que en 24 horas se confirmaron 5 mil 928 casos y 504 lamentables defunciones.
Hasta el momento un millón 239 mil 133 personas que han sido estudiadas, es decir personas que tienen síntomas o que se han hecho una prueba para detectar esta nueva cepa de coronavirus, y el porcentaje de positividad hasta la semana epidemiológica 32 es del 46%.
Hasta el momento tenemos un total de 82 mil 953 casos sospechosos, que son personas que tras hacerse una prueba de laboratorio o presentar síntomas, aún no tienen un resultado que confirme o descarte el caso para sumarse al conteo nacional. Como se puede ver en la gráfica, hay casos sospechosos que no se han podido confirmar desde aproximadamente la semana 16.
Buenas noticias de viernes
El subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, explicó que, conforme las estimaciones y los casos observados directamente hasta la semana 32, la reducción de casos de COVID-19 y defunciones va a permanecer. Afirmó que probablemente se reduzca un punto porcentual más pero “cualtitativamente lo que sugiere es esta reducción sostenida en las últimas tres semanas”.
De igual forma el porcentaje de casos activos de la epidemia, actualmente el 7% del total, cada vez se va reduciendo menos y la tendencia es a la baja también.
Sin embargo es vital recalcar que esto no significa que ya ganamos la batalla. El COVID-19 sigue ahí afuera y se puede registrar un rebrote si dejamos de tomar en cuenta las medidas de sana distancia e higiene que hasta el momento se han implementado.
No, estas cifras no significan que ya podemos salir de fiesta o de vacaciones pero claro que nos dan un rayito de esperanza de que poco a poquito todo va mejorando.
Las autoridades de Salud explicaron que por el momento en ningún lugar del mundo hay un tratamiento específico para curar o prevenir el COVID-19 y que los medicamentos que se recetan a un paciente con síntomas leves son solo para tratar los síntomas: como dolor de cabeza, fiebre, etc.
Sin embargo, si la persona presenta dificultad respiratoria o pertenece a los grupos vulnerables -obesidad, inmunodeficiencia, hipertensión, diabetes, etc.- es necesario que acuda al presentar síntomas o saberse sospechosa de tener la enfermedad para evitar complicaciones que podrían derivar en una intubación o fallecimiento, en el peor de los casos.