No siempre las cosas pueden ser color de rosa y menos cuando se trata del empleo en México. Aunque al parecer hay buenas noticias, existe un negrito en el arroz… Ni modo, quizás tiene razón EPN y nos negamos a verle el lado bueno a las noticias.

Según reporta el Inegi, la tasa de desempleo nacional se ubicó en marzo pasado en 3.9%, una baja considerable en comparación del 4.8% que se registró en el mismo mes del año pasado, lo que quiere decir que mientras que en 2014 cinco de cada cien mexicanos no tenían trabajo, este año son casi cuatro de cada cien los que están desempleados.

Es más, para darle más aspecto de buena noticia a lo anterior, se puede señalar que la tasa de desempleo actual es la más baja que para un mes de marzo se ha registrado desde 2008, año en que todo se fue al demonio, gracias a la crisis financiera internacional.

Hasta aquí todo bien… incluso la baja en el desempleo se pudo corroborar en centros urbanos, que son los que mejor ilustran la situación del trabajo dada su mejor organización: de 5.6% de la Población Económicamente Activa (PEA) que en 2014 no tenía chamba, el porcentaje se redujo este año a 4.6… pero. Siempre hay un pero.

Si bien aparentemente hay más empleos, habría que checar qué tipos de empleos, ya que aunque el 96.1% de la PEA –efectivamente- se encuentra ocupada, la informalidad en nuestro país se mantiene constante: 58% en la población ocupada, sólo .3% menos que lo que se contabilizó el año pasado, cuando el porcentaje fue de 58.3%. Como las cifras porcentuales a veces no dicen mucho, vamos a ponerlo así: casi seis de cada diez trabajadores, laboran en la informalidad.

A lo anterior hay que sumar que quienes se avientan a trabajar en la “formalidad” lo hace en condiciones críticas. Esto puede decirse con base en lo que el Inegi denomina “la tasa de condiciones críticas de ocupación”, la cual sirve para analizar los trabajos “desde el punto de vista del tiempo de trabajo, los ingresos o una combinación insatisfactoria de ambos, y resulta particularmente sensible en las áreas rurales del país”.

Tal indicador mostró un ligero aumento y puede interpretarse como el deterioro en la calidad de los trabajos, lo cual ha sido una constante en el gobierno de Enrique Peña Nieto: en 2012 –último año de la administración de Calderón- la tasa de condiciones críticas se ubicó en 11.70%, al año siguiente (2013) fue de 11.96%; en 2014 el índice se incrementó a 12.2% y ahora es de 12.3%…

Saquen sus conclusiones. Hay menos desempleo, pero…

@plumasatomicas

*Vía Proceso

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