Nos enteramos de una historia que, a primera vista, parece chisme… pero, en realidad, podría estar contando una preocupante historia de cómo es que está empezándose a inclinar la balanza del poder político en México. Un enredo entre diputados, militares y por supuesto, la rendición de cuentas a la que —dizque— están obligados.
Todo empezó porque la Cámara de Diputados pidió que SEDENA comparezca.
Los diputados de la Comisión de la Defensa Nacional hicieron una petición oficial para que el titular de la SEDENA hablara con ellos para explicarles las razones, los alcances y todo el desbarajuste después del hackeo de Guacamaya.
Esta cita —que es una facultad que tiene Congreso para exigir la rendición de cuentas de todos los secretarios de Estado—, se acordó el pasado 5 de octubre y se planteó, como sucede en estos casos, que la comparecencia del titular de la SEDENA fuera en las oficinas de San Lázaro.
¿La bronca? El general Luis Cresencio Sandoval los bateó.
Y aquí es donde empezaron los juegos de poder pues el encargado de la Defensa Nacional les cambió la petición. Sandoval contestó que la reunión podría ser en las oficinas de la SEDENA, en un horario y fecha… ¡acordados por el general!
“El general les indicó que si quieren hablar con él será en sus oficinas y los citó el 18 de octubre a las 10:30 horas”, reveló el legislador Emilio Álvarez Icaza en un breve mensaje en us redes sociales en el que aprovechó para comentar cómo estaba cambiando la balanza del poder. “Sandoval manda”, dijo.
De acuerdo con Reforma, los diputados sí asistirán a la reunión en la que SEDENA informará sobre le hackeo —no se rían—, pero los ánimos andan medio tensos. “Existe inconformidad entre los legisladores por haber aceptado la reunión en los términos establecidos por el General de División”, revela la nota del medio nacional.
Mientras el ambiente se complica y el poder en México comienza a verse sacudido, la situación se pone bastante más enredada que un chisme.