Seguramente en alguna serie de televisión o película gringa han visto la siguiente escena:
Una chica deprimida y/o dolida (no es machismo, pero casi siempre son personajes femeninos), intenta superar una ruptura amorosa empacándose un litro de helado, el cual ni siquiera se toma la molestia de servirse en un plato, sino que lo come directamente de su recipiente con ayuda de una cuchara.
Por mera imitación, esta escena cliché ha sido copiada por mucha gente, quienes ante una pena amorosa de alto calibre, deciden curar sus penas con helado.
-No lo nieguen, seguramente alguno de ustedes lo ha hecho-.
Sin embargo, tras la atascadera inicial y el sentimiento de culpa que ello conlleva, hay quienes se preguntan: ¿Qué tan cierto es que atascarnos de comida nos ayuda a superar el desamor?
Esta duda llevó a un grupo de psicólogos gringos a investigar si servía aquello de refugiarnos no sólo en los helados, sino en la comida en general, para superar una pena. La respuesta fue un triste y contundente NO.
La investigación publicada en Health Psychology, consistió en seleccionar los alimentos favoritos de 100 estudiantes universitarios (la mayoría era comida chatarra). Después, para que el ánimo de estos mismos sujetos decayera, fueron divididos en dos grupos y fueron sometidos a la proyección de películas dramáticas.
Tras la sesión de cine, al primer grupo se les permitió consumir alimentos “confort”, es decir, los que se encontraban en la lista sugerida por los propios universitarios. Al segundo grupo les dieron otro tipo de comida, no considerada como la favorita por los otros estudiantes. Después de que comieron se descubrió que los integrantes de ambos grupos se sentían mejor.
No conformes con este primer dato, los investigadores repitieron la prueba. Tras la proyección de películas tristes, a un grupo les dieron alimentos “de confort” y al segundo nada. ¿El resultado? Tras el paso del tiempo el estado de ánimo de los integrantes de ambos grupos mejoró.
Conclusión: La comida confort no causa que nos sintamos mejor cuando sufrimos un bajón anímico.
De acuerdo a Traci Mann, encargado principal de la investigación:
“Aunque la gente cree que los alimentos ‘cómodos’ les proporcionan beneficios en su estado de ánimo, esta comida no les da mayor consuelo del que les brindan otros alimentos (o su ausencia)”.
Ni hablar… la próxima vez que les rompan el corazón, recuerden que buscar alivio en las hamburguesas, pizzas, helados, memelas, tacos de cachete, hot dogs, chamorros, malteadas, chocolates, bolsas extra grandes de Sabritones, hot cakes, churros con cajeta, empanadas, platos de pozole, tortas cubanas, pasteles, pambazos, tortas de tamal, donas, cup cakes, entre otros alimentos ricos, pero engordantes, no les traerán consuelo aunque sí muchas calorías.
Lo mejor, como dicen los clásicos, es darle tiempo al tiempo.