Científicos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y del Centro de Investigación de Palo Alto, han hallado evidencia de restos orgánicos en células de dinosaurio.
De acuerdo con el artículo publicado en la revista Bone, los investigadores confirmaron el descubrimiento de células de hueso (osteocitos) de dinosaurio, tras haber sido extraídas del tejido óseo de un Tyrannosaurus Rex de 67 millones de años de antigüedad y de un Brachylophosaurus canadensis de 80 millones de años.
Las muestras del Tyrannosaurus y del Brachylophosaurus, fueron tomadas en el año 2005 y 2007, respectivamente, para luego ser sometidas a varios estudios inmunológicos y de espectrometría. Para ello los científicos utilizaron anticuerpos especiales que ignoraban las bacterias extrañas, pero que interactúaban con moléculas de proteína Phex en las células de los dinosaurios.
Respuesta celular a los análisis de ADN
Mary Schweitzer, doctora de la Universidad de Carolina del Norte, señala que la investigación ha podido determinar que las células de la médula ósea, son células “reales” y no el resultado de contaminantes. De esta forma, se confirma la posibilidad de que células orgánicas puedan conservarse durante decenas de millones de años.
Cabe mencionar que el hallazgo incluye la presencia de ADN en las muestras de ambos especímenes, aunque no hay secuencias de ADN de dinosaurio con las que se pueda comparar. Lo único cierto al respecto, es que, como ya se ha revelado en una reciente investigación, lo más probable es que el material genético de los gigantes prehistóricos no haya sobrevivido al paso del tiempo, lo que negaria la posibilidad de una clonación.
Un descubrimiento que más allá de la ciencia ficción, le permitirá a los científicos explorar nuevas formas de preservar los tejidos de organismos vivos.