Pues la jugada ya se revisó en el VAR y a menos de que se note otra jugada que necesite ser apreciada, el árbitro ya gritó “¡juegue!” al INE, lo que quiere decir que hay que continuar con el proceso de revocación de mandato.
A casi una semana de que el INE dijo “hasta acá nomás” con dicho proceso, argumentando que le faltaban recursos para aventarse el tiro, anoche, en las últimas horas del 22 de diciembre, la Comisión de Receso de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) suspendió la suspensión (valga la redundancia) que el órgano electoral le puso a la revocación de mandato.
Dicha suspensión se ordenó luego que desde la Cámara de Diputados se metió la respectiva controversia constitucional a la decisión de los consejeros del INE, tomando en consideración que detener la revocación de mandato pone en riesgo el derecho a decidir sobre el proceso y eso viola el artículo 29 constitucional, el cual indica que “los derechos políticos no pueden ser restringidos o suspendidos de manera general”.
De acuerdo con la SCJN, al suspenderse el acuerdo del INE se optimiza y brinda mayor eficacia al derecho de la ciudadanía (es decir, se privilegia la democracia), la cual es una de las obligaciones que tiene dicho instituto.
Aunque en el comunicado de prensa compartido por la SCJN se indica que apenas se admitió la controversia constitucional al acuerdo del INE, también se apunta que con la mera admisión basta para conceder la suspensión al acuerdo que pretendía posponer cualquiera de las actividades para la organización del proceso de revocación de mandato del Presidente de la República.
“En consecuencia, continúe con la organización y el desarrollo de la totalidad de las actividades del proceso de revocación de mandato hasta su conclusión con el presupuesto aprobado de 1,503 millones de pesos el cual constituye un indicador de viabilidad financiera”.
Tras conocerse la decisión de la SCJN los actores políticos reaccionaron como era de esperarse: en Morena y anexas, celebrando… mientras que en la oposición lamentándose y advirtiendo que todavía no acaba el asunto y puede haber impugnación. Pues a ver qué pasa, entonces.