Mi primer contacto con Santogold fue hace unos cuantos años cuando una amiga me puso “Say Aha”; después le di una escuchada al primer LP de Santi White y no me convenció….
Fue este año en la Zona Rosa, uno de los venues más importantes de SXSW, en donde me reencontré con la ahora Santigold; no pude evitar enamorarme de su gran waka waka: los movimientos de sus locas bailarinas, el bajo potente de sus canciones, las percusiones casi tribales, sus botargas de caballo y el colorido de su propuesta.
El segundo disco de la compositora/productora/cantante/loca/creativa ha llegado; Master of My Make-Believe es la máxima expresión de todo este guacamole de influencias, sonidos y coros pegajosos producidos por once mentes de las música y los negocios, Nick Zinner de los Yeah Yeah Yeahs entre ellos.
El segundo viaje de Santigold comienza con “GO!” una joyita de sonido sucio y corporal en la que Karen O hace segunda; después llega “Disparate Youth”, memorable… lista para ser cantada camino al taller, casa u oficina y complementada con la sentida “God From The Machine”. Todo este mundo de fiesta casi espiritual es quebrado por las magníficas percusiones de “Fame”, mismas que dan paso a “Freak Like Me”: un acercamiento bastante peligroso al estilo de Nicki Minaj… claro está, Santigold sí tiene buen gusto.
Basta con escuchar la guitarra de “The Riot’s Gone” para darse cuenta de la importancia de Nick Zinner en este disco, el cual termina con “Look At These Hoes” (otra cachetada con guante blanco a Minaj) y “Big Mouth”, el track que se encarga de cerrar Master of My Make-Believe en un clímax de voces y percusiones casi sacadas del mundo de Kirikou.
Sin duda, este es un gran regreso de Santigold. Las canciones son sumamente pegajosas, estamos ante varios de los próximos hits de este año; tampoco puedo negar que hay uno que otro tema flojo como “This Isn’t Our Parade” y “Pirate In The Water” y que el mayor defecto del disco es que no se logra plasmar en su totalidad toda la magia de Santi White y su waka waka.
El día que me topé con Santigold en SXSW, llegué a la conclusión de que a esta artista hay que escucharla en vivo, es ahí donde se puede disfrutar todo el potencial de su propuesta/locura/waka waka; el Hachita le hizo segunda a mi reflexión, tal vez sólo por darme el avión, pero con eso basta…
Homero aka ajolote