Y todavía se hubiera encabritado con un periodista que se dedicara a darle picones… pero no: la alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, no soportó la amable entrevista que le realizó la no menos amable Adriana Pérez-Cañedo.
Con motivo de ver qué onda con la polémica “remodelación” de la plaza Giordano Bruno, Sandra Cuevas fue entrevistada por Pérez-Cañedo. No pasaron ni cuatro minutos, cuando la alcaldesa dejó ver su incomodidad al ser cuestionada por lo que parece ser una no tan necesaria remodelación, si se compara con otros problemas de la alcaldía (y lo que significa a nivel derechos humanos de los migrantes).
“Yo creo que todos ustedes, los medios de comunicación, deben de hacer su trabajo correctamente (…) la pregunta debería ser a la jefa de gobierno”, dijo Sandra Cuevas… pues, ya saben, enseñándole como hacer la chamba a una experimentada periodista como lo es Pérez-Cañedo.
El señalamiento de Cuevas es porque, según ella, todas las preguntas e inconformidades que hay para su persona, deberían ser para la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum. Es decir, en lugar de preguntarle a ella, por qué tanta insistencia en darle una manita de gato a una plaza donde se refugiaban migrantes que esperan sus trámites, preguntarle a Sheinbaum la razón de oponerse “al progreso”.
“¿Por qué se centran en una alcaldesa que lo único que quiere es ver mejor su alcaldía? (…) Yo le pido encarecidamente a los medios de comunicación, que las preguntas que le hacen a una simple alcaldesa se las hagan a la jefa de gobierno”, recomendó Sandra Cuevas.
Quiúbole con la bronca entre Cuevas y Sheinbaum con la Plaza Giordano Bruno
Según lo que muchos acusan en redes, todo es porque en realidad Sandra Cuevas no soporta ver a los grupos de migrantes que, hasta hace poco, acampaban en dicha plaza, a la espera de sus trámites (ya que la Giordano Bruno se localiza a unas cuadras de la Comisión de Ayuda a Refugiados (COMAR)…
Y, pues nada, ahora que estaba ocupada esa zona, a Cuevas se le hizo muy prudente comenzar con trabajos de “remodelación”… lo cual significó desalojar a los migrantes. Y “remodelación” entre comillas, ya que, según lo que la alcaldesa le explicó a Adriana Pérez-Cañedo, sólo se trata de arreglar una luz, plantar unos arbolitos y, quizás, cambiar el adoquín.
A pesar de que el trabajo no parece tan monumental, Sandra Cuevas mandó a poner vallas a toda la plaza… y la jefa de gobierno las mandó a retirar. Y ahí es donde se armó el relajo… el cual, asegura la alcaldesa de la Cuauhtémoc, es sólo una nube de humo para tapar el millón de dólares que se gastarán en el concierto de la Rosalía en el Zócalo.
Regresando con la jocosa entrevista en la que se nos descosió Cuevas, ésta aseguró tener todos los permisos necesarios para llevar a cabo la remodelación. Sin embargo, Pérez-Cañedo le hizo ver que las instancias que se los otorgaron (según) no tienen la facultad:
“La plaza Giordano Bruno es considerada un patrimonio cultural, por eso la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda y el Instituto Nacional de bellas Artes y Literatura son exclusivamente las facultadas para dar permiso de remodelar o intervenir”, señaló la periodista.
En fin, la entrevista acabó de manera por demás estridente. ¿No creen? Nomás chéquenla: