La Contraloría General del Distrito Federal ha sancionado a cuatro funcionarios por los daños causados durante la «restauración» de la estatua El Caballito.

Según el Universal, dos de los funcionarios son del Fideicomiso del Centro Histórico, uno de la Autoridad del Centro Histórico u uno de la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal.

El INAH dictaminó que el proceso que se realizó en la estatua hecha por Manuel Tolsá dañó el 50% de la superficie.

Además, el titular del órgano fiscalizador, Hiram Almeida, comentó que la empresa Marina, Restauración de Monumentos fue inhabilitada por 10 años. Durante ese tiempo no podrá ser contratada por ninguna entidad del Distrito Federal.

También afirmó que después de indagar en el caso se encontraron anomalías administrativas de servidores públicos, por este motivo fue que se amonestó y se suspendieron a los cuatro funcionarios.

Uno de los inhabilitados fue el director de Recursos Materiales, Alejandro García Aragón, quien suscribió el oficio en el que se indicaba que Marina había cumplido los requisitos para obtener el contrato para el remozamiento de la escultura el cual…. nunca se firmó, pero aún así se hicieron los trabajos :O .

Bueno, un datito curioso y algo…emmm… importante, es que este señor ya había sido removido del cargo en la propia Secretaría de Gobierno.

La Contraloría dictaminó que en el caso de la Autoridad del Centro Histórico, Josefa María del Carmen Gutiérrez Mora, directora Ejecutiva de Administración, no atendió el requerimiento del director de recursos materiales para que hubiera coordinación previa al arranque de los trabajos, así que se le suspendió el sueldo y sus funciones.

El director de Desarrollo Inmobiliario del Fideicomiso del Centro Histórico, José Vicente Arias también fue inhabilitado, en su caso fue porque, sin contar con atribuciones, solicitó apoyo para que el arquitecto Arturo Marina Othón colocara las torres y andamios para ingresar el equipo y llevar a cabo los trabajos de remozamiento de la escultura.

Además fue el que gestionó ante el INAH la solicitud de viabilidad de los trabajos.

En este aspecto fue suspendida Anell Cabrera Méndez, pues era la que ocupaba el puesto de enlace y…bueno, no informó del oficio en el cual se solicitaban los trabajos que se harían en la estatua al director General del Fideicomiso, Inti Muñoz (¿neta? ¿Inti, Harem, Anell? Digo, suenan bonito, pero qué exótico se ve todo esto).

Y bueno, todo esto fue resultado de toda una serie de eventos ¿desafortunados? más bien negligentes.

***Vía El Universal

 

 

 

 

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