Considerado como uno de los 300 líderes más influyentes de México y rodeado por los cuestionamientos —debido a su trabajo como exsecretario de la Defensa Nacional (Sedena) en el sexenio de Enrique Peña Nieto— Salvador Cienfuegos Zepeda enfrenta a la justicia de Estados Unidos por acusaciones de narcotráfico y cuyo caso es considerado histórico, pues se trata de una acusación de peso contra quien fue el mando mayor del Ejército Mexicano.
Por si fuera poco, el caso del general repite la historia de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón, acusado precisamente por narco y falsedad de declaraciones —en una trama ligada con moches y operaciones de la mano del cártel de Sinaloa.
En México, AMLO ya explicó que Salvador Cienfuegos Zepeda no tiene ninguna investigación en su contra. Peeeeero, debido al historial de la Sedena en la época de EPN, en el momento en que el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard anunció su detención, muchos asociaron los casos de Ayotzinapa, Tlatlaya o la barda perimetral del NAIM Texcoco.
Para saber un poco más sobre Salvador Cienfuegos Zepeda, van los casos por los que el general ha sido señalado en México.
Las declaraciones de Salvador Cienfuegos
El general de 72 años ocupó cargos bien importantes dentro del ejército —desde los niveles de mando hasta la planeación táctica y estratégica que lo llevaron a hacerse cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional en 2012, tras 34 años de carrera como Oficial de Estado Mayor y licenciado en Administración Militar.
Sin embargo, aunque dentro de sus objetivos estaba mantener los “altos estándares” de la Sedena en medio de las acusaciones en contra del ejército por abuso, Salvador Cienfuegos se vio relacionado con casos turbios.
Esta sombra de controversias siguieron al general, a tal punto que tuvo que salir de su trinchera para acercarse a los medios, cosa poco común en los secretarios de Defensa, y defender a sus solados de las acusaciones.
Por un lado –quedó registrado en la nota de El País “Cienfuegos: La violencia no se resuelve con balazos”—, el general estaba de acuerdo con que el ejército regresara a los cuarteles y dejara las tareas de seguridad interior, justo a lo que se dedicó desde que Felipe Calderón declaró la guerra contra el narco.
Pero eso sí, hasta el último respiro de su gestión se negó a que los soldados fueran investigados por los siguientes casos que resonaron a nivel internacional —obstaculizando, de alguna manera, el acceso a la información, transparencia y justicia.
Tlatlaya
El gobierno de EPN lo manejó como un enfrentamiento, pero la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) contradijo esta versión y señaló que el ejército alteró la escena del crimen con la intención de simular que la muerte de 15 personas fueron por un supuesto enfrentamiento entre la Sedena y el crimen organizado.
¿Cómo? En junio de 2014, 22 cuerpos sin vida fueron hallados en una bodega de Tlatlaya, Estado de México. El ejército argumentó que su muerte se debió a un enfrentamiento.
Sin embargo, gracias a testimonios, se supo que los militares mataron —de manera extrajudicial— a 15 de las 22 personas que fueron halladas en la bodega de Tlatlaya. Los hechos sucedieron el 30 de junio de 2014.
Ayotzinapa
“¿Qué quieren saber?, ¿qué sabían los soldados?”.
Salvador Cienfuegos Zepeda siempre fue renuente a que la PGR de Murillo Karam —la que con Tomás Zerón de Lucio, hoy prófugo de la justicia, elaboró la verdad histórica— investigara a la Sedena por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
De manera particular, en la mira estaba el 27 Batallón de Infantería en Iguala, Guerrero. ¿Por qué?
A la par que la PGR investigaba el caso de los 43, el GIEI (Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes) señaló en un informe la participación del ejército en la desaparición de los estudiantes. ¿Cómo?
Sí, este batallón fue señalado por participar —junto con la policías municipal, estatal y federal— en la detención de los estudiantes en distintos puntos de Iguala.
Es más, la FGR (Fiscalía General de la República) ahora investiga si los detenidos fueron llevados a la sede del 27 Batallón de Infantería.
Eso no es todo, hay nuevas evidencias —testimonios, incluidos los de integrantes de Guerreros Unidos— que acusan al ejército de recibir sobornos de parte de este minicartel y en general, por permitir el trasiego de drogas, arma y dinero en Guerrero.
La desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa se registró entre la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014.
La barda perimetral
Este caso no tiene que ver con la seguridad interior del país, pero sí con uno de los proyectos clave de Enrique Peña Nieto: el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) Texcoco.
Aquí el ejército participó con la construcción del NAIM peeeeeeero salió a la luz la polémica por un presunto desvío de recursos y el sobrecosto para una simple barda perimetral.
Gracias a una investigación de Aristegui Noticias, se reveló que la Sedena encareció la construcción de un muro en el NAIM —que estaba calculada en mil 547 millones de pesos pero que llegó a costar dos mil 930 millones de pesos.
Es decir, un aumento del 89%. Por este caso, no hubo detenciones.
Empresas fantasma
Durante el gobierno de EPN, la Sedena desvió 156 millones de dólares vía empresas fantasma —de manera precisa entre 2013 y 2019, rozando un año de gobierno de AMLO.
Aquí, la Sedena armó una red para el desvío de dinero mediante empresas fantasma y operaciones inexistentes. Los proyectos que fueron tocados por esta red fue ooooootra vez el NAIM, carreteras, caminos rurales y hasta hospitales —proyectos que a Salvador Cienfuegos le gustaba presumir.
Por este caso, ningún mando alto de la Sedena ha sido procesado —sólo algunos pequeños orquestadores.