Esta información se publicó el día de hoy, justo cuando inicia la cumbre del G8, grupo que reúne a las primeras ocho potencias del mundo. La reunión es en Irlanda del Norte.

Según el diario británico The Guardian a través de los documentos revelados por Edward Snowden (el hombre que puso a la luz la manera en que Estados Unidos espiaba los servidores de las principales compañías de Internet) muestran que Londres había espiado a los delegados del G20 (el grupo de los veinte, el cual reúne a las veinte principales economías del mundo y al cual pertenece México) durante las cumbres de abril y septiembre del 2009.

Entre los delegados que fueron espiados están los de Turquía y Sudáfrica. La Government Communications Headquarters (GCHQ – es la agencia de servicios secretos de Inglaterra–) habría utilizado en ese año algunas «capacidades de inteligencia innovadoras» para controlar las comunicaciones de las personalidades que participaron en las dos reuniones del G20.

El espionaje consistía, según los documentos, en unos cibercafés que instalaron los servicios de inteligencia y en los cuales se podían interceptar las comunicaciones y vigilar los correos electrónicos y las llamadas telefónicas de los BlackBerry de los delegados. Así los 45 analistas de la reina disponían de información en vivo la cual hacían llegar a los negociadores del Gobierno británico (así es, la cosa muy al estilo James Bond).

Además, instalaron un dispositivo que permitía saber en qué momento los delegados se comunicaban entre ellos. Estas actividades de espionaje se centraron especialmente en ciertas personalidades, por ejemplo, el ministro de Finanzas de Turquía.

La fuente en la que se basa el diario indica que la agencia británica también recibió un informe de su homólogo estadounidense, la NSA; sobre sus intentos para escuchar al, entonces, presidente de Rusia (Dimitry Medvedev) en una llamada a Moscú por satélite.

El documento indica que la orden de reunir toda esa información venía de un nivel superior del gobierno, el cual era dirigido en ese momento por el primer ministro británico Gordon Brown.

Recordemos que la fuente, Edward Snowden, se encuentra escondido en estos momentos y el gobierno estadounidense ha abierto una investigación en contra de él por las revelaciones que hizo sobre del PRISM, el programa estadounidense de vigilancia electrónica

Reacción de Rusia y Turquía

Al respecto, Turquía y Rusia han reaccionado con enojo y han pedido al gobierno británico una explicación sobre el espionaje que sufrieron sus respectivos delegados.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ankara (Turquía) expresó que era inaceptable que el gobierno británico haya interceptado llamadas telefónicas y haya hecho un seguimiento del equipo del ministro de Finanzas de Turquía. El Ministerio anunció que de comprobarse ese espionaje sería algo muy «escandaloso» ya que Turquía es miembro de la OTAN al igual de Inglaterra (La OTAN –Organización del Tratado del Atlántico Norte— es una alianza militar intergubernamental, la cual constituye un «sistema de defensa colectiva» –yo lo llamaría de otra manera–).

El Ministerio llamó al embajador del Reino Unido hasta Ankara para que escuchara la reacción de su país en persona:

«esto va a ser muy escandaloso para el Reino Unido, sobre todo en un momento en el que la cooperación internacional depende de la mutua confianza, el respeto, y la transparencia. Tal conducta por un país aliado es inaceptable»

Estas acusaciones llegan en un momento turbio en las relaciones entre Turquía y Gran Bretaña, ya que el primer ministro del país turco, Erdogan, ha dicho que las manifestaciones en su país son por causa de los medios de comunicación internacionales, en partícular la BBC.

 Por su parte, Moscú (Rusia) anunció que de ser cierta la información se dañarían aún más las de por sí no tan buenas relaciones entre Rusia y Estados Unidos, y podrían ensombrecer la reunión del G8 (De hecho, el único momento en el que Rusia y Estados Unidos tuvieron buenas relaciones fue en la presidencia de Medvedev, el cual fue víctima del espionaje en esa cumbre).

Igor Morozov, senador ruso, dijo:

«Esto no es sólo una falta de hospitalidad, es un hecho que puede complicar seriamente las relaciones internacionales»

«Aparecen grandes dudas acerca de la sinceridad de Obama»

Por parte de Sudáfrica no ha habido una reacción oficial, pero el Blog Africa is a country expresó:

«Sí, Thabo Mbeki (presidente entonces del paísafricano) era un paranoico, pero él tenía razón acerca de los gobiernos extranjeros (en este caso Reino Unido) y el espionaje hecho a Sudáfrica»

Como sea, las cosas cada vez se ponen más interesantes (sobre todo el pleito que se traen también Rusia y Estados Unidos respecto al caso de Siria, ya que uno suministra armas al gobierno del presidente sirio al Assad y el otro (EU) ha decidido apoyar a la resistencia de ese país).

 Y aquí, algunas fotos de protestas contra el G8.

**** Vía La Jornada el País The Guardian

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