Quizá las autoridades piensan que las leyes se cumplen solas, pero lo que no saben es que para que surtan efecto “alguien” tiene que poner “algo” de su parte, de otra forma se pueden hacer todas las regulaciones del mundo, pero nunca se logrará ningún objetivo.
Con lo anterior, seguro a la cabeza se les vino un sinnúmero de leyes que son “lera muerta”, pero en este caso nos referimos a la regulación de “comida chatarra” en las escuelas públicas y privadas, la cual fue dada a conocer en el Diario Oficial de la Federación desde el 16 de mayo, para entrar en vigor el recién comenzado ciclo escolar… cosa que se ve que va a tardar un poco, ya que según visitas que han hecho los miembros de la Alianza por la Salud Alimentaria (ASA) a distintas instituciones, en TODAS dicha regulación es desconocida, tanto por directivos, profesores y padres de familia.
“Esa regulación ya tiene que estar operando, principalmente porque si no se cumple tendría que haber sanciones“, comentó Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, remarcando el hecho de que la regulación de “comida chatarra” dejó de ser una simple recomendación, como lo era hasta hace poco y de no cumplirse establece multas de hasta 5 mil salarios mínimos, es decir, de entre 318 mil y 336 mil pesos (incluso el doble, en caso de reincidir) para el personal educativo que “promueva o propicie la preparación, distribución y venta de alimentos prohibidos por el reglamento”.
Sin embargo, contrario a la nueva regulación que establece que de lunes a jueves en las cooperativas escolares sólo se debe ofrecer frutas, verduras y cereales integrales, además de acceso a agua potable, lo que se encontró en sondeos realizados el pasado lunes –día en que iniciaron las clases- fue que ninguna autoridad educativa o algún padre de familia conocía del reglamento.
Fueron 25 las escuelas visitadas: “En todos los casos no se tenía conocimiento de la regulación… En todos los casos“… cosa que no es nueva, porque desde que era recomendación no se aplicó de forma eficiente. En la Evaluación de la aplicación de la tercera etapa de los lineamientos para el expendio de alimentos y bebidas en los planteles de educación básica, elaborado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), dado a conocer en febrero pasado se encontró que de 110 escuelas visitadas, el 80% vendía bebidas azucaradas… y sólo en la tercera parte se contaba con bebederos. Sobra decir que alto porcentaje de directivos, profesores y padreas de familia desconocía cuáles eran los alimentos no permitidos por su alto contenido calórico.
Ya por el momento ninguna autoridad de la SEP ha dado su opinión respecto al incumplimiento de esta regulación en beneficio de la salud de los niños, nos quedaremos con la joya de declaración ofrecida por la representante de la Secretaría de Salud, Mercedes Juan: “24 horas es muy poco tiempo para decir si hay cumplimiento (de los lineamientos). No podemos decir qué está sucediendo pero esperamos que se cumplan”.
Es evidente que se necesita una fuerte campaña pública para que se conozcan los lineamientos de esta regulación y sean los propios padres quienes vigilen lo que se les vende y lo que ellos mismos dan de comer a sus hijos, comentó Calvillo… De lo contrario, no nos extrañe que siga en aumento el número de niños con problemas de sobrepeso… no es como el gym, donde sólo con inscribirte comienzas a bajar de peso.