Guerrero es uno de los estados que este junio registrarán elecciones. Se trata de uno de los territorios más reñidos en la contienda, a cuyo control aspiran no sólo los candidatos a gobernador, a las 81 presidencias municipales o a las 46 curules de la legislatura local, sino también el crimen organizado.
El antecedente con mayor peso en el marco de los comicios de este año es, sin lugar a dudas, el oscuro episodio que tuvo lugar en Iguala la noche del 26 septiembre de 2014. La muerte de seis personas y la desaparición forzada de 43 estudiantes de la escuela Normal de Ayotzinapa fueron el rostro más visibilizado de la peor crisis de derecho por la que México ha atravesado desde el 68. Más de 23 mil desaparecidos y más de cien mil muertos por la “guerra contra el narco” son los alarmantes números acumulados por una estrategia de seguridad iniciada por la administración federal panista y continuada por la actual: más fallecidos en ocho años en nuestro país que en los 10 de conflicto armado en Vietnam.
Los candidatos
Entre los efectos de la crisis de Ayotzinapa se cuenta la licencia que pidiera el gobernador constitucional del estado, el perredista Ángel Aguirre Rivero y con ello una dolorosa pérdida de simpatía para aquel partido en la entidad. La estrategia seguida por el PRD ha consistido en abanderar a Beatriz Mojica Morga como candidata a la gubernatura, apuesta polémica por tratarse nada menos que de la secretaria de Desarollo Social durante la administración de Aguirre.
Las propuestas de Mojica son escasas, igual que las del resto de los contendientes. Habla de garantizar que no ocurra otro caso como el de Ayotzinapa, ofrecer las consabidas becas para estudiantes de bachillerato y universidad y de la reactivación de turismo como estrategia de crecimiento económico, promesas tan vagas como complicadas dada la imagen actual del estado.
Por su parte, la mancuerna entre el PRI y el PVEM vuelve a intentar con quien fuera el vencido candidato del tricolor en 2005 para el gobierno del estado: el dos veces presidente municipal de Chilpancingo y senador de la República, Héctor Astudillo Flores, quien hace eco de la propuesta para el desarrollo regional más difundida, el turismo. Astudillo busca el triunfo a través de promesas de apoyos específicos en este sector, estrategia complicada que parece implicar la focalización de los recursos antes que proponer desarrollo integral.
El ex presidente municipal de Acapulco y senador de la República, Luis Walton Aburto, es el candidato preferido de Movimiento Ciudadano durante los comicios de junio y el personaje en el que el partido centrará sus esfuerzos este 2015. El dos veces presidente nacional del partido pone todas sus cartas en el cómodo rubro de la educación, al que concibe más como medida preventiva contra el crimen que como área administrativa que necesita acciones urgentes.
Karime Sevilla, de Nueva Alianza; Raymundo Nogueda Analco, de Encuentro Social, y Godeleva Rodríguez Salmerón, del Partido de los Pobres de Guerrero, completan la paleta de opciones políticas para los comicios de junio por la gubernatura estatal.
Estos, el resto de los candidatos que se presentarán para cubrir diversos puestos administrativos y legislativos, se enfrentan a un movimiento encabezado por padres de los desaparecidos de Ayotzinapa que busca evitar la elección.
De entre las nueve entidades en las que habrá elección para gobernador, Guerrero destaca por su bajo crecimiento económico con una taza de 2%, tan sólo igualada por Veracruz según el Semáforo Económico Electoral de la organización “México, ¿cómo vamos?”. De los 10 indicadores considerados por el Semáforo (crecimiento económico, generación de empleo, productividad, pobreza laboral, exportaciones, Estado de derecho, deuda pública, informalidad, diversificación laboral y desigualdad), Guerrero tiene en rojo 7 y se encuentra estancado en rubros como crecimiento económico, productividad y exportaciones, deudas del sexenio de Aguirre.
Guerrero también se encuentra por encima de la media nacional en lo que a pobreza laboral se refiere: 6 de cada 10 empleados en el estado no reciben un pago suficiente para adquirir una canasta básica.
Entre comercio, turismo, servicios y otras actividades similares, Guerrero adquiría hasta 2013 al menos el 73.4% de su Producto Interno Bruto (PIB), aunque la cifra se ha visto golpeada en dimensiones todavía oscuras debido a la crisis de violencia.
Sin duda, el reto para los candidatos es grande en una entidad cuya seguridad se encuentra actualmente en manos del gobierno federal luego de tener al menos 13 de sus policías municipales bajo control del crimen y que tarde o temprano habrá de pasar a manos locales, cuya economía se encuentra estancada.