Sabemos del tormento del ruido en la CDMX, pero, ¿sabían que la CDMX es la octava ciudad más ruidosa del mundo? Razón suficiente que explica por qué sus habitantes tengan el sentido del oído envejecido 16 años, sea la entidad que menos duerme y también la que presenta mayor prevalencia en sordera.

La contaminación por ruido en la CDMX podría representar una violación a derechos humanos fundamentales donde el actuar del Estado queda —como casi siempre— rebasado.

Insomnio, mal humor, cansancio y estrés son algunos de los síntomas que Jorge, su pareja y los vecinos del edificio donde habitan han padecido por más de 2 años. La causa:  la “Terraza Micheviche”, un restaurante familiar que después de la hora del supuesto cierre continúa operando de manera clandestina —e impune—, afectando así al condominio ubicado en la avenida Revolución de la colonia Escandón en la Ciudad de México.

Cuando se acerca el jueves o nada más escuchamos la primera subida de volumen sabemos que comenzará la pesadilla.

Jorge, una de las víctimas del ruido en la CDMX.

Y es que además de música —que no para hasta las 3 de la mañana—, también es la expresión de euforia propia de la fiesta de los comensales la que potencializa el ruido. Aunque Jorge, que ha fungido como administrador de su edificio, conoce la ruta para denunciar este tipo de violencia auditiva, asume que la respuesta de la autoridad ha sido blandengue para solucionar el problema, por ejemplo, cuando los inspectores de la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) de la CDMX llegaron a revisar el lugar, éstos lo hicieron en un horario diferente al que normalmente ocurre el agravio.  

Los vecinos de este condominio han intentado de todo: desde llamar a la alcaldía Miguel Hidalgo —que sí clausuró el establecimiento, pero por otra razón y por un periodo de tiempo corto—, hasta llamar a la policía, pero ésta se ve limitada en su actuar debido a que el restaurante simula haber cerrado solamente bajando la cortina, aunque en la parte posterior la música y el consumo de alimentos y bebidas continúa minando el ambiente auditivo nocturno del vecindario. 

Los principales problemas ocasionados por el ruido en la CDMX // Foto: Sopitas.com

Irónicamente la autoridad tiene claro el problema del ruido en la CDMX, pues según el portal de la PAOT en su página web define al ruido como “todo aquel sonido indeseable que, por su volumen, persistencia y recurrencia, molesta y perturba al ser humano y le ocasiona daños”.

El ruido de CDMX nos envejeció el oído 16 años

En el contexto del Día Mundial de la Audición en 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) exhortó a los gobiernos del mundo para promover una “legislación para el control del ruido y la escucha sin riesgos” pues debido a “las tendencias demográficas y de población reflejan la alta y creciente prevalencia de la pérdida auditiva en todo el mundo a lo largo de la vida” estimando que “el número de personas con pérdida auditiva puede aumentar más de 1,5 veces durante las próximas tres décadas, y es probable que más de 700 millones de personas experimenten un nivel moderado o alto de pérdida auditiva”.

“Existe una serie de desafíos en el campo del cuidado del oído y la audición, pero es posible afrontarlos. La salud es una inversión, y el costo de no hacer nada es algo que no podemos permitirnos”, advirtió el organismo internacional en el documento.

Persona perdiendo el oído // Foto: National Institute of Health

La OMS ha expresado con preocupación que el ruido, no solo en la CDMX, que impacta de manera negativa en la condición de las personas en la salud mental, así como también una influencia en la aparición de enfermedades del corazón, la presión arterial, fatiga, accidentes, sistema digestivo, estrés, deterioro cognitivo, trastornos del sueño y tinnitus —la enfermedad reconocida por el silbido constante.

Por otra parte, resulta que el ruido en la CDMX no es poca cosa. En realidad, somos la octava ciudad más ruidosa del mundo, así lo recordó la doctora Teresa González Anaya, experta en salud pública, quien evocó al Índice Mundial de Audición publicado en 2017, mismo que también advirtió que los habitantes de la metrópoli azteca tienen un sentido del oído envejecido 16.19 años derivado de la exposición a agentes contaminantes auditivos.

La también académica se dio a la tarea de revisar datos arrojados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y compartió para Sopitas.com que la CDMX tiene el primer lugar en prevalencia de pérdida de audición en la República Mexicana.

Por otro lado, aunque pueda no ser sorpresa, también es la entidad que tiene el promedio de horas de sueño semanal más corto en todo el país.

Con el conjunto de datos anteriores, González Anaya, analista de investigación en temas de Gobierno y Salud, concluyó que la capital del país sea la que más sordera presenta y la que menos horas de sueño tiene —muy probablemente— debido a la alta concentración de ruido que se vive día con día.

¿Ruido en la CDMX? Piensa en todas las construcciones

A lo anterior, la especialista en mediciones de impacto de Políticas Públicas Sociales instó a que la autoridad, particularmente la de ciudades que comienzan a crecer en el resto del país, debe operar políticas públicas que detengan a tiempo el problema, para con ello proteger la audición colectiva y evitar los efectos secundarios que repercuten de manera negativa a la salud humana; esto con la idea de no replicar la costumbre de los gobiernos de nuestro país que atienden los desafíos hasta que el conflicto se tiene presente como es el caso del ruido en la Ciudad de México.

Salimos a escuchar el ruido en la CDMX

La PAOT señala en su portal web que en la Ciudad de México existen leyes que ayudan a controlar las emisiones contaminantes por ruido, siendo por un lado Ley Ambiental de Protección a la Tierra del Distrito Federal (reformada en 2017) y por el otro la Norma Ambiental para el Distrito Federal, NADF-005-AMBT-2013 (publicada en 2014) misma que: “…establece las condiciones de medición y los límites máximos permisibles de emisiones sonoras, que deberán cumplir los responsables de fuentes emisoras ubicadas en el Distrito Federal”.

La Norma Ambiental retoma a la OMS cuando afirma que las afectaciones por exposición a ruido se comienzan a producir a partir de los 65 decibeles donde “el grado de afectación varía gradualmente según la intensidad del sonido, la proximidad de la fuente productora y el tiempo de exposición”.

“La vecindad de las escuelas con fuentes de ruido afecta diversos procesos cognitivos: a más de 40 dB se dificultan las actividades de cálculo, a los 50 dB disminuye la eficiencia, a los 55 dB se entorpece la memoria, a partir de los 60 dB aparece la dificultad para captar información auditiva, a los 64 dB se produce el lento aprendizaje y a los 70 dB aparecen problemas de comprensión lectora”, explica la NOM.

En este sentido, la Norma especifica que los límites máximos permisibles en el punto de referencia —por ejemplo, situarse justo en la Terraza MiCheviche— “que deben cumplir las fuentes emisoras con domicilio y/o ubicadas dentro del territorio y bajo la competencia del Distrito Federal serán 65 dB entre las 6:00 y las 20:00 horas; mientras que están permitidos hasta 62 db de las 20:00 a las seis de la mañana”. 

Por lo que respecta a “los límites máximos permisibles de recepción de emisiones sonoras en el punto de denuncia” (por ejemplo, el departamento de Jorge y lo que se escucha desde ahí que proviene del restaurante escandaloso) tiene un horario de las 6:00 a las 20:00 horas para 63 dB y de las ocho de la noche a las 6:00 AM para 60 dB (A)

Gráfica que mide algunas fuentes de ruido en la CDMX, en decibelios

Por lo anterior, en Sopitas.com salimos a las calles para a medir —con ayuda de un monitor general de decibelios— algunas fuentes de ruido en la CDMX, que en algunos casos podrían ser potencialmente causantes de la contaminación auditiva. Teníamos la intención de identificar cuáles estarían rompiendo la normativa internacional, así como de la CDMX.

Impunidad auditiva y violación a derechos

Para el coautor de El Mapa de Ruido de la Ciudad de México realizado en 2012 por el Laboratorio de Análisis y Diseño Acústico del Departamento de Procesos y Técnicas de Realización de la Universidad Autónoma Metropolitana campus Azcapotzalco, el doctor Fausto Rodríguez Manzo definió al exceso de ruido en la CDMX como una especie de impunidad auditiva, misma que la considera como una violación a derechos humanos fundamentales; tales como derecho a la salud o el derecho al bienestar. 

El ruido está presente en todas las ciudades y aunque el tráfico vehicular es el principal factor que lo detona, existen otros causas como las rutas aéreas o los “sonidos de barrio”, es decir, la campana que anuncia la llegada del camión recolector de la basura, ladridos de perros, bocinas con música de negocios para convocar clientes;: por mencionar algunos.

Un edificio de la CDMX // Foto: Cuartoscuro

Son elementos que forman parte de lo que él denomina como “la cultura del ruido”, la cual ha ido en aumento: “pareciera que el ruido es algo que emociona”.

A lo anterior, el también investigador lamentó que, en el caso del Mapa de Ruido, no ha habido interés por parte de las autoridades en retomar esta iniciativa de análisis que se realizó hace poco más de 10 años, misma que consideró debería mantenerse actualizada debido al daño de este fenómeno en la salud colectiva, para con ello, fomentar políticas públicas que proteja a los y las habitantes de la CDMX.

El ruido te puede llegar a matar… no te mata en el acto, te mata por acumulación.

Doctor Fausto Rodríguez Manzo sobre el ruido en la CDMX

La convivencia vecinal es otro elemento que podría sumar a la bulla urbana. No existen políticas para construir viviendas que protejan del ruido a la gente, el profesor Rodríguez Manzo reconoció que en este factor de igual manera es una asignatura pendiente de la autoridad encargada de la política de construcción en la capital mexicana. 

—Hasta las pisadas de los perros se escuchan, las descargas del baño… la regadera… ¡Todo!

Por lo anterior, el doctor concluyó que, aunque aún se está lejos de construir viviendas adaptadas ante la amenaza de la contaminación auditva y en aras de apostar por el derecho a la tranquilidad o el derecho al silencio o el derecho a un ambiente sano, Fausto Rodríguez explicó que las personas que se sientan vulnerables pueden acceder a opciones en el mercado para adatar sus hogares con la intención de construir refugios de silencio que les permita decidir el tipo de sonidos que se desean consumir por voluntad propia. O escapar, por unos minutos, del ruido en la CDMX.

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Periodista independiente que busca incidir desde el oficio, aunque sea con poco, para un mejor país, un mejor planeta. Lo merecemos como especie. Ha colaborado para diversos medios de comunicación...

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