Manifestaciones, vendedores ambulantes, tráfico, motores y una larga lista de factores contribuyen a la contaminación auditiva de la capital mexicana.
La suma de estas condiciones provoca que en la Ciudad de México se viva a una exposición de 85 decibeles, 20 unidades por encima de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
El consultor de la agrupación Revive México, Óscar Vélez Ruíz, señala que esta realidad provoca daños auditivos para la ciudadanía.
“La mayor parte del tiempo nos exponemos a 85 decibeles, lo que se traduce en daños auditivos para 75% de la población”
Pero esto no solo perjudica la capacidad auditiva de los capitalinos, otros factores como malestar y estrés, trastornos del sueño, dificultad para comunicarse, afecciones cardiovasculares, conductas agresivas, baja productividad y accidentes laborales; se suman a la gran cadena de perjuicios que origina la contaminación sonora.
Un estudio hecho por la UAM en 2011, indicó que los puntos más ruidosos de la ciudad son las delegaciones Benito Juárez, Coyoacán, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza; donde se registran desde 70 hasta 85 decibeles.
Esto es como si pasáramos la vida con una aspiradora activa pegada a la oreja.
Otra zona de conflicto es el metro…
Entre el ruido del tren, el vendedor de mariguanol o los éxitos más selectos de ‘JuanGa’ y el bebé que va llorando por el calor, se llegan a registrar ¡hasta 100 decibeles!
Aquí una tabla de medición para darnos una idea a lo que están expuestos nuestros tímpanos.
Simplemente, así no se puede vivir…