A finales de agosto, los nombres de Carmen Aristegui, Guillermo del Toro y hasta Yuya se postularon para recibir la medalla Belisario Domínguez —que la Cámara de Senadores da a los mexicanos y las mexicanas por sus aportes al país. Sin embargo, un personaje emblemático de la lucha social se llevó el galardón: Rosario Ibarra de Piedra, activista y la primera mexicana en postularse como candidata a la Presidencia de México.
Este 23 de octubre, AMLO y los legisladores se reunieron para entregar la medalla Belisario Domínguez a la hija de Rosario Ibarra —Rosario Piedra. “Cuando doña Rosario fue candidata, a pesar de que en la casa había simpatías por el ingeniero Cárdenas, y la sigue habiendo, mi madre votó por doña Rosario, ejemplar la señora, muy merecido que le entreguen la medalla”, dijo el presidente antes de entrar a la ceremonia de entrega.
Rosario Ibarra de Piedra
La activista y dos veces excandidata a la Presidencia no pudo acudir a la entrega de la medalla Belisario Domínguez por motivos de salud. No obstante, la ceremonia no dejó de ser emotiva, pues Rosario Ibarra de Piedra representa la importancia de la lucha social ante las acciones injustas del Estado —como la desaparición de su hijo Jesús en la década de los 70.
En una emotiva ceremonia se entregó a doña Rosario Ibarra de Piedra la Medalla Belisario Domínguez. La recibieron sus hijas Claudia y Rosario, y una de ellas leyó un texto de su madre, en el cual me encomienda encontrar a los desaparecidos.
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) October 23, 2019
Rosario Ibarra de Piedra nació en 1927. Ella se convirtió en activista tras la desaparición de su hijo Jesús Piedra, quien formaba parte de la Liga Comunista 23 de Septiembre, en contexto de la Guerra Sucia orquestada por el estado priista.
La Comisión de la Medalla Belisario Domínguez del Senado de la República determinó otorgar el distintivo a la activista Rosario Ibarra de Piedra, fundadora del Comité Eurekahttps://t.co/ebJZJUVKSF
— Sopitas (@sopitas) October 9, 2019
A partir de la desaparición de Jesús, Rosario Ibarra comenzó una búsqueda incansable y un movimiento en pro de los derechos humanos y los familiares de personas desaparecidas. En 1977, la excandidata a la Presidencia fundó el Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos, conocido como el Comité ¡Eureka! —que ayuda a las personas desaparecidas o presas durante las gestiones de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez.
¿Después? Ibarra saltó a la política mexicana. En 1982 se postuló como candidata a la Presidencia por el Partido Revolucionario de los Trabajadores, luego logró una curul en la Cámara de Diputados por este partido.
En 1988, Rosario Ibarra de Piedra regresó a la competencia ante Carlos Salinas de Gortari, Cuauhtémoc Cárdenas y Manuel Clouthier por la Presidencia de México. Y tras las denuncias de fraude electoral, la activista se unió a los reclamos en contra del PRI y el sistema estatal.
¿Algo más? La coahuilense ha sido nominada al premio Nobel de la Paz en cuatro ocasiones: 1986, 1987, 1989 y 2006 —nominación que reconoce su labor como activista incansable de nuestro país y América Latina.