Justicia divina… e instantánea. Un ladrón de Monterrey se está haciendo conocido en todo México, sacándonos más de una carcajada culposa, por un extraño caso de robo que salió completamente mal —o perfectamente bien, si es que les gusta eso del humor involuntario.
Imagínense que salió tan mal que terminó lastimado y con una nota en Sopitas.com
Tenemos que contarles de este hombre que comenzó su aventura el pasado 14 de enero cuando intentó robar de madrugada la Iglesia Cristo Rey —ubicada cerca del centro de la ciudad de Monterrey.
Fue identificado como Carlos, de 32 años.
Aunque no se sabe a ciencia cierta cómo estuvo el asunto, la policía de Nuevo León encontró a Carlos en una preocupante situación: aparentemente, este hombre se resbaló mientras intentaba escapar y no solo se metió un santo guamazo, también terminó picándose con la espada de una figura religiosa de San Miguel Arcángel.
Se picó duro, en el cuello. Con mucha sangre en el piso.
En la tradición católica, la figura de San Miguel Arcángel siempre se representa con una espada con la intención de “rechazar al demonio”, pero normalmente no están tan afiladas.
Pero bueno, volviendo al asalto: la policía de Monterrey cuenta que estaban en un recorrido de rutina cuando vieron al hombre herido, con la estatua junto y cristales rotos en la Iglesia. La versión oficial es que Carlos “N” no dejó que lo llevaran a un hospital.
Entonces, lo atendieron paramédicos en el lugar y luego se lo llevaron al Ministerio Público.
En fin, como esta no es precisamente la noticia del año, vale la pena decirles que la Iglesia recuperó su violenta estatua, el ladrón picado se encuentra detenido y el resto de los mexicanos nos sorprendemos con esta extrañísima historia de robos religiosos.