A pocas horas de concluir la administración del ahora exgobernador nayarita, Roberto Sandoval, se dio la ejecución del sobrino de éste, Hugo Ismael Sánchez Sandoval, quien, a pesar de no haber ocupado un cargo público, sí es señalado como uno operador político y financiero del exmandatario. De acuerdo con La Jornada, Sánchez fue asesinado a tiros la noche del martes.
El asesinato de su sobrino es el broche de oro para el gobierno de Sandoval, caracterizado por reclamos por el alza de la violencia, ejecuciones y desapariciones, además de denuncias por enriquecimiento ilícito por parte del exmandatario y, para rematar, la detención y proceso en Estados Unidos del fiscal Édgar Veytia, quien es acusado de conspiración para la producción e importación de heroína, cocaína, marihuana y drogas sintéticas.
Apenas la tarde del martes, Roberto Sandoval cedió la silla de la gubernatura de Nayarit a su sucesor, el panista Antonio Echevarría García. Horas más tarde, alrededor de las 10 de la noche, Sánchez Sandoval fue ejecutado mientras viajaba a bordo de su camioneta, acompañado de dos jóvenes. Según reporta La Jornada, los responsables del ataque se transportaban en un vehículo que logró dar alcance a la camioneta del sobrino del exgobernador. Desde ahí prendieron fuego, dejando sin vida a Sánchez, mientras que sus acompañantes resultaron heridos.
Sin dar a conocer nombres, el hecho fue dado a conocer por medio de un comunicado emitido por la Secretaría de Seguridad Pública de la nueva administración. Aunque de manera extraoficial, se apunta que el fallecido mantenía amistad con el exfiscal Veytia, quien en estos momentos se encuentra enfrentando a la justicia estadounidense y cuya detención incrementó el número de ejecuciones en Nayarit.
Ataques vinculados a Sandoval y Veytia podrían ser por ajuste de cuentas: exdiputado federal https://t.co/JD2fuOMSVo
— Proceso (@revistaproceso) 21 de septiembre de 2017
Sánchez no es el único cercano a Veytia que ha sido ejecutado. Apenas el pasado 15 de septiembre, los exagentes y hermanos Francisco y Ricardo Salazar, fueron asesinados mientras se encontraban en un restaurante ubicado en la capital nayarita, uno de los puntos en que más se ha incrementado la violencia del Estado.
El número de desapariciones también ha ido al alza. Apenas el pasado 31 de agosto, José Manuel Delgadillo, encargado del despacho de la fiscalía, señaló ante diputados locales que, de enero a la fecha, se tenía el registro de 126 personas desaparecidas, de las cuales sólo 10 personas fueron encontradas con vida, mientras que otras 10 fueron halladas muertas.
