Roberto Borge Angulo, exgobernador de Quintana Roo, fue detenido el pasado 5 de junio en Panamá cuando se disponía a tomar un avión con rumbo a París, Francia. Apenas tres días después de su arresto, el “rostro del nuevo PRI” —como el presidente Enrique Peña Nieto bautizó a ese vivaracho grupo conformado por Borge, Javier y César Duarte— fue vilipendiado por su partido político: le dieron la espalda, lo expulsaron de sus filas y hasta lo tildaron de “persona non grata”. Este lunes 7 de agosto, la Procuraduría General de la República (PGR) comunicó que, de acuerdo con los convenios de extradición que se tienen con los panameños, el exmandatario Borge Angulo enfrentaría a la justicia mexicana —es un decir— en 60 días.
Así como lo leen: el exgobernador acusado por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, peculado, aprovechamiento ilícito y ejercicio indebido de la función pública estaría de vuelta en nuestro país en solamente un par de meses para enfrentar las acusaciones que pesan en su contra a nivel federal y estatal.
Alberto Elías Beltrán, subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la PGR, también habló sobre el caso del priista Tomás Yarrington Ruvalcaba, quien se encuentra preso en una cárcel en Florencia, Italia. Al respecto se comunicó que el exgobernador de Tamaulipas enfrentará primero a la justicia estadounidense, debido a un acuerdo entre el procurador Raúl Cervantes Andrade y el fiscal general estadounidense Jeff Sessions; una vez que Yarrington Ruvalcaba sea enjuiciado y sentenciado, será entregado a México.
En lo que va del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto han sido enjuiciados ocho exgobernadores de extracción priista: Andrés Granier Melo, de Tabasco; Jesús Reyna García, de Michoacán; Humberto Moreira, de Coahuila; Rodrigo Medina, de Nuevo León; Javier Duarte de Ochoa, de Veracruz; Tomás Yarrington, de Tamaulipas; Roberto Borge Angulo, de Quintana Roo; y César Duarte, de Chihuahua.
