Las elecciones del pasado 4 de junio fueron como un viaje al pasado. Un catálogo casi interminable de irregularidades: intervenciones del Gobierno Federal y Estatal en el Estado de México, denuncias por compra y coacción del voto, guerras sucias entre contrincantes y propaganda sin escrúpulos, amenazas, intimidaciones y hasta desapariciones. La lucha electoral nos pintó de cuerpo completo el estado de la democracia en nuestro país. Dos de las cuatro elecciones realizadas hace una semana terminaron con resultados apretadísimos: Coahuila y Estado de México. En el primer caso, el priista Miguel Ángel Riquelme aventajó por una diferencia mínima al panista Guillermo Anaya Llamas. En el segundo escenario, el priista Alfredo del Mazo obtuvo ventaja sobre la morenista Delfina Gómez.
Ayer, domingo 11 de junio, Riquelme recibió la constancia que lo acredita como gobernador electo de Coahuila por parte del Instituto Electoral de Coahuila. De acuerdo con el cómputo final, el político del PRI venció a su perseguidor más cercano por apenas 30 mil 860 votos (una diferencia de 2.44%). En su primer discurso como mandatario electo, Miguel Ángel Riquelme dijo que comenzaría una etapa de “reconstrucción política” para generar acuerdos necesarios para Coahuila y que su administración se distinguirá por ser transparente con el manejo de recursos públicos. El exalcalde de Torreón también prometió que impedirá el regreso de los delincuentes al estado. “Lo mío no fue un slogan, reitero mi convicción de que no voy a permitir el regreso de los delincuentes”, dijo Riquelme Solís.
El gobernador electo pidió unidad a los demás excandidatos, aunque aseguró que respetará la lucha legal de sus contrincantes políticos. “A mis adversarios, les digo que respetaré su batalla legal, pero una vez terminada, les pido que se sumen. Todas las fuerzas políticas debemos estar unidas por Coahuila”, dijo el político, quien también indicó que buscará ganarse la confianza de la gente que no votó por él. Riquelme Solís se hizo de la gubernatura de Coahuila con 38.1% de los votos, mientras que Anaya Llamas obtuvo 35.7% de los sufragios.
Las irregularidades del PRI y Riquelme en Coahuila
Dicen que Coahuila retrocedió en el tiempo en esta elección. A los años ochenta, para ser más precisos. Eso es lo que argumentan los panistas, quienes acusan una serie de irregularidades en el proceso electoral. “El árbitro estatal es parte del PRI-gobierno, es parte de esta trampa (…) el Instituto Electoral de Coahuila no garantizó la certeza de la elección, no dio los resultados que debía dar. Falló en todos los sentidos, está entregado al PRI y a los Moreira, que se están queriendo robar la elección”, afirmó Damián Zepeda, secretario general panista. Por su parte, Ricardo Anaya, dirigente nacional del PAN, declaró que su partido no descansará hasta lograr que la elección sea anulada: “con el PRI, la democracia siempre va a contracorriente. No vamos a permitir que el PRI de los Moreira siga afectando a los coahuilenses durante seis años más”.
Lo que acusan los panistas en Coahuila
1.- Los miembros de la oposición, que incluyen al panista Guillermo Anaya Llamas y al Frente por la Dignidad de Coahuila (integrado, entre otros, por el morenista Armando Guadiana y el independiente Javier Guerrero) argumentan que el Instituto Electoral de Coahuila (IEC) no fue un árbitro imparcial.
2.- La cosa está así: durante la madrugada del 5 de junio, Gabriela de León, presidenta del IEC, presentó los resultados del conteo rápido. En estos, Anaya Llamas se encontraba con ventaja (con un límite inferior de 36.64% y un límite superior del 39.08%) sobre Riquelme Solís (entre 34.74% y 37.34%).
3.- Al momento del anuncio, el PREP de la entidad marchaba lentísimo. Con la mitad de las actas computadas, la delantera era para el candidato del PAN. Una ventaja de apenas 0.07%.
4.- Peeeroooooo a las 16:00 hrs de ese lunes las cosas cambiaron: Riquelme se puso a la cabeza con 38.3% de los votos, por 36.8% de Anaya. En ese momento, el instituto electoral paró el PREP y comunicó que el total de las actas ya se había computado.
5.- Sin embargo, el PREP sólo había contabilizado 2 mil 609 actas de un total de 3 mil 628. O lo que es lo mismo: se paró cuando apenas se había computado 71.9% de la muestra elegida.
6.- El argumento fue que las demás actas presentaban “inconsistencias” que les impedían incluirlas en el ejercicio del PREP, además de que había siete candidatos en disputa y muchas probabilidades de que se hubieran cometido errores llenando las actas.
7.- Para poner en contexto: en Estado de México, Nayarit y Veracruz el PREP se paró una vez que se habían computado más del 97% de las actas. En Coahuila se consideró normalito parar el conteo pasadito el 70%. Esta es una de las razones principales que llevarán al PAN a impugnar la elección ante tribunales.