Este lunes, 25 de mayo, el alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, anunció que se incluirán las iglesias y los templos religiosos como “servicios esenciales” por lo que a partir de la publicación de esta medida en el boletín oficial de la ciudad, la policía no podrá impedir la reapertura las instalaciones ante la pandemia de COVID-19.
Eso sí, en la entrada, a los feligreses se les debe suministrar gel de alcohol, se debe garantizar una distancia mínima de dos metros entre las personas y será obligatorio el uso de cubrebocas.
La cosa es que, de acuerdo con medios locales, no se prohíbe la presencia de personas en riesgo como mayores de edad o aquellos que padecen de enfermedades crónico-degenerativas.
El segundo país con más casos
De acuerdo con el registro del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas (CSSE) en la Universidad Johns Hopkins, Brasil es el segundo país que más casos registra en todo el mundo con 363 mil 211 contagios de COVID-19 y 22 mil 666 muertes.
Del total de casos unos 38 mil se registraron solo en el estado de Río de Janeiro, donde han muerto casi 4 mil personas y otras mil están como sospechosas.
Pero los anuncios no se quedaron ahí. El alcalde Crivella aplazó por una semana más el cierre de algunos negocios de la ciudad ante la emergencia sanitaria. De hecho, ante la pregunta expresa, el alcalde afirmó que aún no tienen una fecha específica para el regreso a las actividades comerciales.
Afirmó que ya se cuentan con protocolos diseñados para que ciertas actividades puedan reabrir en junio.
Pero la situación se podría poner peor de lo que ya es. De acuerdo con los registros del Consejo Federal de Enfermería (COFEN) de Brasil, hasta el momento más de 15 mil enfermeros y enfermeras se ha contagiado de COVID-19, cifra que representa el escalofriante 40% de los casos en este tipo de personal médico en el mundo.
El 40% de enfermeras(os) contagiadas de COVID-19 a nivel mundial, está en Brasil