Lo que necesitas saber:
Si le seguimos la pista a los antiguos textos de los Reyes Magos, ¿de qué países habrían sido? ¿De dónde surgió el mito?
La historia de los Reyes Magos sigue emocionando al mundo, pero no les vamos a mentir: su origen tiene muchísimas más preguntas que respuestas. Sin embargo, con un clavado a la vieja literatura podemos conocer mejor el mito para darnos un panorama de quiénes podrían haber sido Melchor, Gaspar y Baltasar.
¿De qué país venía cada uno? ¿Había un árabe, un europeo y un africano? Agarren su pedazo de Rosca y vamos a este viaje.
Reyes Magos, ¿eran tres?
Desde ahí empieza la duda.
Tradicionalmente, se cree que se trataba de tres Reyes Magos, aunque lo curioso es que nunca lo digan textualmente en la literatura antigua. La razón de esta sospecha es sencilla: siempre se mencionaron tres regalos —oro, mirra e incienso— entonces, de ahí asumieron las cuentas que ahora consideramos “oficiales”.
Sin embargo, el mismo mito, en algunos viejos textos de Siria, habla de 12 reyes que hicieron la vaquita para juntar los tres regalos.
Según la Universidad de Oxford —para que vean que sí le investigamos—, aquellos textos sirios fueron desestimados. Entonces, se definió en que fueron tres Reyes Magos que avanzaron el mito en el resto del mundo, especialmente Occidente.
Melchor, Gaspar y Baltazar
Aunque en las escrituras persas sus nombres son distintos —Amad, Zud Amad y Drust Amad—, la mayoría de textos que nos han llegado a estos lados del mundo tienen variaciones pequeñas de los tres nombres que ya conocemos: Melchor, Gaspar y Baltazar.
Por ejemplo, un libro latín que se llama Excerpta Latina Barbari, que escribieron en el siglo III, dice que los Reyes Magos eran Melichior, Gathaspa y Bithisarea. Se parecen muchísimo, ¿no?
¿Cómo se veían los tres Reyes Magos?
Aquí empieza lo entretenido o al menos lo que venían buscando. ¿Cómo se veían? ¿De qué países eran? ¿De verdad había un africano, un europeo y un árabe?
La primera representación visual que existe de los Reyes Magos se pintó por allá del año 560 y está en la Basílica de San Apolinar, en la ciudad italiana de Ravena. Ahí aparecen bastante bien dibujados —acá abajo se los ponemos— pero tienen una curiosidad: los tres son hombres se parecen mucho, nomás que de diferentes edades.
La noción de que eran Reyes de diferentes diferentes etnias apareció por escrito hasta el siglo VIII.
San Beda el Venerable, un escritor benedictino, fue el primero en recuperar la historia de que cada uno de los Reyes Magos era de países distintos. Según Beda, cada uno de ellos de alguna de las etnias conocidas en su época: un europeo, un asiático y un africano. Todas, por cierto, representando el mito de los tres hijos de Noé.
¿Y de qué país era cada uno?
Conforme fue avanzando la historia y la capacidad humana para investigar o llevar testigos escritos, fuimos conociendo más de la tradición de los Reyes Magos. En el siglo XIII arrancaron los textos de Juan de Mandevilla, un escritor carmelita, que recuperó los rastros de toda esta narrativa.
Su libro se llama Historia trium regum.
Ahí recupera que uno de los Reyes Magos venía de Nubia, un territorio que ahora podríamos ubicar en lo que hoy es Egipto. Otro más venía de tierras más orientales, del mítico Reino de Saba que se especula estaba en lo que hoy es Arabia. ¿El último? Venía de Egriseula, una isla que, cuenta la leyenda, estaría cerca de lo que hoy conocemos como Etiopía, Eritrea o Somalia.
La historia de los Reyes Magos está interesantísima y si quieren conocer más, les recomendamos nuestra fuente para esta nota. Es el Manual de Navidad de la Universidad de Oxford e incluye —a profundidad— las investigaciones sobre las tradiciones decembrinas.