“Resumimos” la historia de la humanidad en los libros de texto. Recorremos más de dos mil años para llegar a donde estamos ahora: un mundo marcado por los avances científicos, la tecnología y, por qué no, el internet. Pero para llegar a este 2018, la humanidad ha experimentado varias etapas que se describen de acuerdo a las civilizaciones que marcaron cierta época.
Una de las más antiguas y por eso estudiadas, es la de Egipto. Las primeras huellas de esta gran civilización se encuentran en el siglo IV y III antes de Cristo, y se encuentran bajo la representación de su arte y arquitectura, en específico de las enormes pirámides que a la fecha, siguen causando fascinación y muchas dudas. Y no sólo eso, los egipcios son responsables de las primeras pruebas de escritura jeroglífica en la historia. Pero, ¿de dónde viene su grandeza? La respuesta ha sido tema de debate, pero en algo en que los expertos concuerda, es su cercanía con el río Nilo…
Sin embargo, qué sucedería si en realidad los egipcios no fueron los primeros habitantes de esta zona; es decir, si supiéramos de la existencia de una civilización más antigua que estuvo presente y que sentó, por decirlo de alguna manera, las bases de la cultura egipcia. Pues bien, una investigación y expedición entre Francia y Egipto, realizó un enorme hallazgo en el que se evidenció la existencia de un pueblo llamado Tell el Samara que estuvo dos mil años antes de que comenzara la construcción de las famosas pirámides.
Ahora bien. Este descubrimiento no quiere decir de ninguna manera que pertenecen a distintas culturas, sino que la historia que conocíamos sobre los egipcios, es en realidad más vieja de lo que habíamos imaginado, y por ende, más rica. El pueblo de Tell el Samara, ubicado a 140 kilómetros al norte de El Cairo, capital de Egipto, y los vestigios que han sido hallados, demuestran la presencia de comunidades en zonas húmedas cinco siglos antes del nacimiento de Cristo (referencia que divide la historia), es decir, hace casi siete mil años. La creación de dinastías egipcias llevadas por la figura de los faraones, se asentaron en este mismo espacio, el cual ya había sido ha
bitado y trabajado por personas que se ubican en el neolítico, un periodo marcado por la agricultura y la creación de objetos hechos de piedra. En otros números, la primera pirámide de Egipto fue una una “ampliación” del arquitecto Imhotep a la mastaba –un tipo de tumba egipcia– del faraón Djoser construida durante la tercera dinastía del siglo IV a III.
Así que es hora de reconstruir la historia, y quizá con los nuevos descubrimientos, los expertos puedan resolver los grandes misterios que giran en torno a una de las civilizaciones más grandes, icónicas y ricas de la historia del hombre.