Anoche se vivió una esperada fiesta en el Domo de Cobre en la que se reservaban derecho de admisión: puros amantes del rock y metal.
Durante poco más de 8 horas contínuas, miles de personas se reunieron en el Palacio de los Deportes para ser testigos del Force Fest, evento que reunió en un mismo recinto a Haggard, Moonspell, Pinhead, Suicidal Tendencies, Testament, Anthrax y (exactamente 13 años y 1 día después de su última visita a la Ciudad de México) Motörhead.
Después de grandiosas interpretaciones por parte de Pinhead, Moonspell (quienes enloquecieron al público con temas como “Love Crimes” y “Alma Mater”) y de la peculiar sorpresa de poder escuchar el Himno Nacional Mexicano interpretado nada más y nada menos que por Haggard, Suicidal Tendencies tomó el escenario del Palacio para comenzar con las presentaciones más esperadas por el público.
Después de varios meses de venta de boletos (con un precio bastante elevado, cabe aclarar), la técnica de los organizadores del Force Fest de poner boletos de gradas y de sección general al 2×1 los días previos al evento funcionó para que el Palacio de los Deportes se viera totalmente lleno en las zonas de gradas y tuviera una asistencia bastante decente en la sección VIP y General. (Tal vez, a final de cuentas, como negocio no le convino mucho a los organizadores, pero siempre es padre ir a un concierto y que se vea lleno).
Tras la presentación de Suicidal Tendencies, en la cual se comenzaban a formar mosh pit’s más grandes y salvajes con cada canción, llegó la hora de ver a Chuck Billy y su banda, Testament.
Desde el primer momento en que en el escenario se alcanzó a ver la manta de fondo con la imagen de su más reciente álbum de estudio, Dark Roots of Earth, todos los fanáticos del trash metal empezaban a mostrarse impacientes con el retraso de Testament… pero en cuanto el grupo salió para tocar los primeros acordes de “Rise Up”, la tardanza ya había sido olvidada.
Durante casi 1 hora, Testament demostró con canciones como “Into the Pit”, “Native Blood” y “Over the Wall” por qué es una banda que ha logrado sobrevivir con muchísimos fans desde inicios de los años 80. (Con Testament nos podíamos ir dando cuenta cómo iba a acabar el desmadre en la sección general dentro de muy poco tiempo).
Conforme pasaban las presentaciones de cada banda, el retraso entre grupos iba aumentando y la desesperación (y alcoholismo) de muchos de los asistentes también. El factor del alcohol llevó a que más entrados en la noche se cometiera un acto de pura maldad… no más venta de cerveza.
Pero mientras ese trágico momento llegaba, era hora de que Anthrax saliera al escenario, el cual estaba adornado con mantas de pentagramas con el nombre del grupo.
Scott Ian y compañía salieron ( 55 minutos tarde) ante un Palacio que ya se estaba acabando de llenar y que recibió al grupo estadounidense con una euforia total. Durante el show de Anthrax, los temas que más prendieron a la gente fueron “Caught in a Mosh”, “March of the S.O.D.”, un asombroso cover al tema de AC/DC “T.N.T.” y la rola “I Am the Law”, misma que ayudó a que se creara en mosh pit/slam masivo en la zona general, donde jóvenes, mujeres e incluso un hombre en silla de ruedas formaron parte del mismo.
Si hay algo que remarcar de la presentación de Anthrax de anoche, definitivamente tendría que ser esa habilidad en la batería de Charlie Benante, cuyos intensos ritmos hacían vibrar literalmente la estructura del “Domo de Cobre”.
Después de que Anthrax finalizara cuando se suponía que íbamos a estar a la mitad del show del grupo de Lemmy Kilmister, pasaron aproximadamente 30 minutos, mismos que la gente aprovechó para comparar rapidamente cerveza por que ya se sabía que a las 23:00 horas la dejarían de vender (palabras textuales de un vender de chelas: “Ya vamos a terminar la venta, pues los chavos se están poniendo bien locos”).
Pero para muchos, la venta de alcohol ya no importaba, pues estaban a cuestión de minutos de poder ver (muchos por primera vez y otros tras 13 años) a Lemmy, Phil y Mikkey en vivo.
Sin ninguna introducción, las luces del recinto se apagaron y la gente empezó a correr para estar lo más cerca posible de Lemmy, o como es conocido en el ámbito musical y por sus fans: Dios.
Para iniciar su presentación, el trío británico destrozó las bocinas del Palacio con “I Know How to Die”, tema extraído de su disco The Wörld is Yours.
A pesar de que el sonido en la sección VIP era excelente, de acuerdo con muchos asistentes, en la zona general y gradas fue bastante malo, habiendo momentos en los que no se alcanzaban a distinguir las canciones ni el bajo de Lemmy.
Aun así, todo el público mostró un gran entusiasmo y desgarró sus gargantas para cantar canciones en vivo como “Damage Case”, “Metropolis”, “Rock It” y “Ove The Top”.
Con su característica voz aguardientosa, sus botas y sombrero, Lemmy tuvo poca interacción con la audiencia y las pocas palabras que decía no eran muy claras, pero de todas formas demostró que a sus 67 años sigue siendo una eminencia en el mundo del rock.
Como momentos destacados de la presentación de Motörhead en el Force Fest de anoche, definitivamente tendrían que estar los siguientes:
- – El apantallante solo de batería de Mikkey a la mitad de “The One To sing the Blues” y su habilidad para jugar con las baquetas
- – La reacción de la gente al escuchar en vivo el clásico “We are Motörhead and we play rock & roll”
- – El haber tenido la oportunidad de escuchar en vivo “Ace of Spades” y esos 7 minutos de “Overkill”
Al final de la noche, el Force Fest fue todo un éxito al lograr reunir en un sólo lugar a tan reconocidas bandas que probablemente no hubieran venido a México solas. El festival permitió que una amplia brecha generacional se redujera y que niños y señores compartieran una velada repleta rock y metal.
