¡Felices noticias! Al parecer han restaurado los bocetos en los que se basó Diego Rivera para hace el mural que hizo en el Centro Rockefeller, el cual fue destruido.
En el Museo Diego Rivera Anahuacalli se pueden apreciar tres bocetos restaurados que son el registro que tenemos del mural El hombre en la encrucijada, el cual había sido pintado hace ochenta años por encargo del mismo John D. Rockefeller en Nueva York y el cual hubiera sido destruido por orden del mismo que ordenó su creación.
Los bocetos no podrán abandonar el museo como así lo dispuso el mismo Diego Rivera en su testamento, al igual que todo el archivo que conserva el Museo Frida Kahlo.
Esta restauración pertenece a una más grande que se hace de los bocetos del artista (con ellos ya van 17 bocetos). Los bocetos de este mural son de grandes dimensiones (algunos miden poco más de 5 metros de altura) y fueron creados en Detroit a finales de 1932 para el mural de Rockefeller.
Dos de los bocetos están hechos con carbón sobre papel kraft y corresponden a los paneles laterales: el izquierdo es La muerte de la idolatría, (la liquidación de la superstición), en el derecho muestra La muerte de la tiranía.
El tercer dibujo, El hombre técnico, mide tres metros de ancho (éste está hecho con tinta, carbón y gouache sobre papel). Aquí no figura el retrato de Lenin (uno de los motivos por los cuales destruyeron el mural).
Susana Pliego, historiadora de arte que publicó el libro El hombre en la encrucijada (libro en el cual habrá de la concepción y destrucción del mural), dijo:
«Rivera estaba consciente de lo que significaba pintar en el corazón simbólico del capitalismo un mural comunista. Hay, incluso, una nota periodística en la que el muralista confesó que había ido a Estados Unidos con el objeto de aplicar el arte a la causa del proletariado»
A continuación, algunas fotos extraídas de la magnífica galería del Universal (la cual pueden ver aquí)
