Algo pasa con este ambiente navideño, que hasta los delincuentes no buscan pasarse de lanza.
Para que luego tengan compasión de aquellos que les duele la muela, sepan que es verdad la creencia de que no hay nada más doloroso que un malestar dental. Y si aún les quedan dudas, para eso está esta bonita nota que tuvo su origen el Suecia, donde un hombre tuvo que huir de prisión con tal de atenderse con un dentista.
El hombre, de 51 años, ya no pudo con el dolor que desde cuatro días antes ya había reportado con las autoridades de un penal en Suecia y al ver que poco les importaba su sufrir, decidió escaparse de prisión en busca del socorro del especialista en salud bucal.
Y para que vean que no fue mero pretexto para dejar de recoger el jabón en las regaderas, luego de atenderse sus piezas dentales el hombre decidió regresar a cumplir su pena de un mes de prisión… de la cual sólo le restaba un día, así que imagínense el calibre del dolor.
Si pensaban que por habérseles pelado las autoridades suecas incrementarían la condena del susodicho, así es… un día. No cabe duda que estamos hablando de otras latitudes.
