La falta de una regulación justa, así como una inclusión financiera deficiente; son los factores que convierte al cobro de comisiones en las remesas en una de las tantas violencias sistémicas en contra de mujeres y hombres migrantes en Estados Unidos.
Con su guitarra en la espalda y nadando el río es como recuerda Noé Ramírez el día que entró a Estados Unidos hace veinticinco años. Y aunque sólo iría por una temporada para obtener el dinero suficiente que le permitiera renovar su taxi, se vio obligado a quedarse todo este tiempo debido a la cuadriplejía que le ocasionó la embestida de un automóvil.
“Cuando ya me iba a regresar… iba para el trabajo… en la construcción… era un día lunes, a las siete y media de la mañana, cuando una mujer que estaba borracha me atropelló, me pasó por el pecho”, narró.
Ahora vive en Houston, con su pareja e hija —quienes lo alcanzaron tiempo después del accidente— y colabora en una asociación civil que asiste a personas con discapacidad. Además, considera que en el país del norte tiene acceso a medicamentos, así como a atención médica que difícilmente encontraría en México.
Esta es la razón por la que prefiere no regresar.
Sin embargo, no deja de extrañar al país donde fue el chambelán de su ahora esposa, no deja de extrañar al país que alberga al CCH Naucalpan donde estudió y no deja de extrañar al país donde de día era taxista, pero de noche la primera voz en trío.
Pese a la nostalgia, a Noé le reconforta —y se enorgullece— de ser uno de los tantos migrantes, hombres y mujeres, que no se “marearon” por alcanzar una vida más próspera, al no olvidarse de sus padres, esposas, hijos o hermanos y hermanas que están en algún punto de América Latina; ayudándoles con envío de dinero. “Es como una forma de estar presentes”.
Cuando sus posibilidades lo permite, él asume esta lealtad de la que habla y manda ayuda económica a sus papás, a su suegra y a un amigo con discapacidad que vive en Honduras; haciéndolo a través “de ventanilla”, es decir, acudiendo a establecimientos físicos para que a su vez los destinatarios acudan por el dinero también de manera presencial, ya que ninguno usa cuenta bancaria, hecho que les imposibilita el uso de otras herramientas de envío más económicas respecto al cobro de comisiones por esta transacción.
Es decir, las empresas dedicadas al envío de remesas a las que normalmente recurre Noé son Dollex, Western Union y Barri, salvo por esta última; según el Quién es Quién en el Envío de Dinero de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) estas compañías son las que asumen cargos por operación más elevadas.
Una violencia más vs. migrantes
“El ingreso anual de México por remesas (suma de doce meses de mayo de 2021 a abril de 2022) alcanzó 54 mil 162 millones de dólares, luego de que en 2019 había resultado de 36 mil 439 millones”, así lo reportó el Informe La Economía De La Migración Y Las Remesas: El Caso De México del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), quien reconoció que este aumento pudo darse por el apoyo ente familias debido a la crisis económica derivada de la pandemia.
Además el 2022 se perfila como el noveno año consecutivo en incrementos anuales en este rubro.
El informe del CEMLA también identificó que las seis principales economías de América Latina que reciben remesas son México, ocupando el primer lugar y acaparando un poco más del 51 por ciento del total; seguido por Guatemala, República Dominicana, Colombia, El Salvador y Honduras.
Francisco Javier Cabrera Hernández, profesor del Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE) consideró que —en números aproximados— los 54 mil 162 millones ingresados a México por concepto de remesas son equivalentes a la construcción de 5 refinerías Dos Bocas, 4.5 veces el presupuesto anual de la Ciudad de México, 9 veces el de Nuevo León y 3.5 veces el de la Secretaría de Educación Pública.
También reconoció que el envío de dinero desde el exterior ha tenido un incremento histórico y se ha colocado incluso por encima de los ingresos petroleros o del turismo.
“Son más los recursos que reciben las familias por parte de los conciudadanos que laboran en Estados Unidos debido a que cada vez más gente emigra… ante la falta de empleo nacional” como consecuencia de conjunto de políticas públicas aplicadas por décadas de los gobiernos mexicanos, explicó por su parte el economista Arturo Huerta González.
Huerta González¸ doctor e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) destacó que este fenómeno económico representa un gran negocio para las empresas que intermedian la salida y llegada de remesas mediante el cobro de las comisiones, de ahí que “instituciones financieras y bancarias estén tratando de controlar este envío de recursos”.
Los migrantes en Estados Unidos son víctimas de violencias sistémicas, particularmente quienes están sin permiso migratorio en aquel país, que pueden ser la falta de oportunidades laborales en sus lugares de origen, poner en riesgo la propia vida en el intento de llegar al otro lado, la sobreexplotación laboral estando allá con pagos injustos y sin prestaciones; por lo que el cobro de comisiones en el envío de ayuda económica a sus seres queridos podría representar una agresión más para ellos y ellas, afirmó el profesor Arturo Huerta.
Llamado a la reducción de costos
En el marco del 16 de junio, Día Internacional de las Remesas Familiares que proclamó la Asamblea General de la ONU, dicha institución del orden global realizó un llamado a “la reducción de los costos de las transferencias” derivadas del envío de dinero de migrantes a sus lugares de origen.
Y es que, en promedio, las empresas comisionistas encargadas de realizar el envío de dinero de migrantes hacia México podrían obtener “una rebanada” de un 10 por ciento del “pastel millonario” que representa este ingreso nacional, explicó el economista Francisco Javier Cabrera.
El también académico también consideró que, este estimado de 10 por ciento que cobran las compañías por concepto de comisión, si en lugar de irse a los bolsillos de estas instituciones, se fuera a manos de las familias receptoras; entonces esta diferencia pudiera representar una mejora a la economía de quienes reciben este recurso y por lo menos cubrir el impacto inflacionario que azota hoy en día.
Otros de los sin sabores a los que se enfrentan los y las migrantes con estas compañías es que algunas retrasan hasta días la llegada del dinero a los beneficiarios.
Existe la modalidad de empresas que les hacen recoger su dinero en sus tiendas de —promoviendo con ello un enganche secundario para el consumo de sus productos—; así como también les llegan a ofrecer un tipo de cambio más barato que oferta el mercado, explicó el doctor en economía por la Universidad de Sussex en el Reino Unido.
Para Francisco Javier, investigador en el CIDE; el escenario ideal respecto al cobro de remesas podría ser aquel donde exista una regulación que permita una disminución en el costo de las tarifas de éstas, o bien, fomentar la participación de nuevos jugadores en este ecosistema de competencia para fomentar más oferta económica; pero reflexionó que probablemente este panorama pueda estar aún lejos debido a las resistencias de las empresas actuales por el control del mercado, así como a su influencia en las eventuales decisiones legislativas a través del cabildeo o lobby político.
“No hay competencia en el sector financiero en México, la concentración en unas pocas manos, en pocos bancos… encarecen todos los servicios, incluidos los de remesas… un negocio más lucrativo para ellos”, explicó Cabrera.
En abril de 2022 el gobierno federal anunció, a través del Telecomunicaciones de México (Telecomm) y el Instituto de los Mexicanos en el Exterior; el lanzamiento de una tarjeta de débito para enviar y recibir remesas sin comisiones denominada Remesas Paisano, el experto destacó que la iniciativa es positiva para contrarrestar el entorno de desventaja para los y las migrantes, sin embargo, también pronosticó que puede ser todavía insuficiente.
“Dado el presupuesto que tienen, dada la cobertura… dada las negociaciones o acuerdos que tienen con los bancos estadunidenses, todavía son insuficientes para que hagan un impacto en el sistema”, así como también ante la falta de una inclusión financiera, que aún es paupérrima en México, detalló el economista.
Inclusión financiera, la oportunidad
La Asamblea General de la ONU también ha llamado a que exista una inclusión financiera a través de las remesas “de los más de 200 millones de mujeres y hombres trabajadores migrantes que envían dinero a sus más de 800 millones de familiares en sus países de origen”.
Y es que entre el 20 y el 30 por ciento de quienes envían dinero a México desde EUA no tienen acceso a una cuenta bancaria.
Se sabe que existen migrantes sin documentos en el país vecino —particularmente en estados del norte—, que por su condición migratoria podrían verse imposibilitados de obtener esta herramienta financiera, explicó Francisco Cabrera, investigador Asociado al Centro de Estudios Institucionales de la Alta Escuela de Economía en Moscú.
Sin embargo, el desafío de la inclusión financiera en México se traduce a que el 70 por ciento de la población no tiene acceso a una cuenta bancaria, razón por la cual las personas deben acudir al formato de “ventanilla” a cobrar el dinero que les envían, pero es la opción probablemente más costosa por lo que a comisión se refiere, explicó Cabrera.
En el caso de un migrante o una migrante en tránsito, que por alguna cuestión deba hacer alguna escala algún punto del recorrido hacia la frontera, necesite recibir ayuda económica por parte de alguien que le espera del otro lado, es probable que también deba recurrir al envío “uno a uno” más caro, dijo el catedrático del CIDE.
Ingratitud vs. migrantes
El escenario actual respecto al cobro de cuotas por envío de remesas podría calificarse como una situación precaria y de vulnerabilidad para las y los migrantes reconoció el experto Francisco, quién además opinó que resultaría irónico —e ingrato— que exista este contexto para un sector de la población que representa un pilar importante para las economías de la región.
Por su parte, el economista Arturo Huerta González; consideró que el incremento de las remesas no debería considerarse como un éxito de gobierno o asumirlo como un motivo de celebración, sino al contrario, el experto explicó que este aumento es un indicador de que históricamente el Estado no ha sido capaz de generar las condiciones de empleo bien remunerado y suficiente para los mexicanos, por lo que se ven obligados a buscar una oportunidad en Estados Unidos.
“El modelo económico expulsa (a las personas del país) y esa expulsión le pasa a ser funcional, porque recibe recursos para mantener vivo el mismo modelo económico que los expulsó”, dijo Huerta González, catedrático de la UNAM; quien además consideró que el verdadero triunfo del gobierno radicaría en atender este entorno tóxico contra mujeres y hombres migrantes.