Hace unos días el Banco Mundial pronosticó bajas en las remesas que se envían a América Latina y el Caribe… y, aunque todavía falta ver lo que ocurre en los próximos meses, en el caso de México la primera tanda de envíos tumbó las previsiones.
Y no sólo no bajaron las remesas mexicanas, sino que alcanzaron una cifra histórica. Contra los pronósticos del Banco Mundial y del propio Banco de México, se alzaron 49% más que lo reportado en febrero, al reportarse el envío de 4 mil 16 millones de dólares. De este modo, el primer trimestre del año registra 9 mil 293.2 millones de dólares, 18.4% más en comparación con los primeros meses de 2019.
De acuerdo con La Jornada, los números de marzo no dejan de sorprender… no sólo por nunca antes ser vistos, sino por el hecho de que corresponden con el mes en que Estados Unidos inició sus medidas restrictivas frente al coronavirus, lo cual implicó la pérdida de millones de empleos.
“Este dato sí sorprende. Cuando todos anticipaban una caída importante de las remesas, resultó que crecen muchísimo y alcanzan máximos históricos”, comentó para La Jornada el subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath.
Hace unas semanas, a principios de abril, el Banco Mundial estimó que las remesas hacia América Latina y el Caribe tendrán una caída del 19.3% este 2020. Ya saben, producto de la crisis económica generada por el coronavirus.
El temor parece ser la explicación
Según el economista en jefe para México de Goldman Sachs, Alberto Ramos, el histórico envío de remesas a México no cuadra con las condiciones laborales que actualmente se viven en Estados Unidos… y claro que tiene una explicación.
“Especulamos que quizás por temor a un deterioro significativo de las perspectivas de empleo e ingresos en Estados Unidos, muchos trabajadores pueden haber capitalizado en un nivel favorable de tipo de cambio para enviar parte de sus ahorros acumulados a México”, señaló el especialista.
Por su parte, la economista jefe de Banco Base, Gabriella Siller, agrega que otras explicaciones están en el hecho de que, por la caída de la actividad económica de México, los migrantes se vieron en la necesidad de enviar más dinero a sus familias. Eso y el hecho de que, debido a la subida del dólar, al llegar a nuestro país esas remesas aumentaron significativamente su valor.
Entrevistada por La Jornada, Siller señaló que en 2008, cuando ocurrió la última gran crisis económica mundial, también crecieron las remesas… sin embargo, así como subieron, cayeron drásticamente. “En esa ocasión el alza fue de 11.41% anual. Un mes después mostraron una caída anual de 10.54. Posteriormente, en 2009, bajaron 15.3%”.