Tras la muerte de su padre, la reina Isabel II se coronó como reina en la Abadía de Westminster el 2 de junio de 1953. Desde ese día hasta el momento de su muerte, la reina pasó 69 años en el trono por lo que le tocó ser testigo de varios acontecimientos históricos, por ejemplo, la llegada del hombre a la Luna.
Los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin, los primeros hombres en caminar sobre la Luna el 21 de julio de 1969, llevaron consigo un disco que llevaba grabado los mensajes de buena voluntad de líderes de 73 países en el mundo, incluido el de la reina Isabel II.
¿Qué hay detrás del día que la voz de la reina llegó a la Luna?
El 16 de julio de 1969 la nave Apolo, de la NASA, fue lanzada desde la Tierra al espacio y el alunizaje ocurrió el 20 de julio con dos astronautas a bordo: Armstrong y Aldrin. La Apolo 11 fue la primera misión de la humanidad (¿o no?) en llevar a dos personas a la Luna.
Previo a este histórico evento, la NASA pensó en que la tripulación de la misión llevara algo representativo de nuestro planeta y lo dejara allá. Es por eso que convocó a líderes de 73 países del mundo para que mandaran un mensaje de buena voluntad. Todos estos mensajes se grabaron en un disco de silicio del tamaño de una moneda y los astronautas lo dejaron en la luna.
En la parte superior del disco se lee “Mensajes de buena voluntad de todo el mundo traídos a la Luna por los astronautas del Apolo 11”. En el borde escribieron “Desde el planeta Tierra-julio de 1969.
Entre estos mensajes se grabó el de la reina Isabel II. Lo que monarca mandó a la Luna fue:
“En nombre del pueblo británico, reconozco las habilidades y el coraje que han llevado al hombre a la luna. Que este esfuerzo aumente el conocimiento y el bienestar de la humanidad“.
Muy bonito y todo pero el asunto es que la reina no quería mandar este mensaje ya que pensaba que la llegada del hombre a la Luna era un truco de Estados Unidos ¿Cómo está eso?
Resulta que la jefa de registros del Archivo Nacional de Reino Unido, Juliette Desplat, llevó a cabo una investigación para rascarle a los secretos detrás del mensaje. Gracias a eso descubrió que había un texto membreteado en la carta que la reina Isabel mandó con el mensaje. Este texto fue escribo por su entonces secretario privado, Michael Adeane.
“Su Majestad está de acuerdo en que esta idea es un truco y no es el tipo de cosas que le gusta mucho hacer, pero ciertamente no le gustaría parecer grosera al rechazar una invitación que obviamente tiene buenas intenciones“.
Y a pesar de que hubo pleito interno por si Reino Unido tenía que colgarse medallas en la llegada del hombre a la Luna (las celdas de combustible y la tecnología de la ropa interior fueron fabricados en Reino Unido), después de la misión Estados Unidos regaló al país británico polvo lunar como símbolo de unión.
Entonces se desató otro pleito: dónde debían exhibir el regalo. Después de muchos museos y salas de exhibición, finalmente el regalo de la Luna quedó en las oficinas del primer ministro, en Downing Street.
En la fotografía destacada de esta nota puede verse a la reina Isabel II posando en el Palacio de Buckingham, en 1097, con los dos astronautas del Apolo 11.