La pandemia de COVID-19 modificó la forma de vivir en todo el mundo: las oficinas se cambiaron por la sala de nuestras casas, las reuniones y celebraciones se trasladaron a una videollamada y los niños dejaron los salones de clases por la televisión o una computadora desde casa.

Tanto la UNICEF como diversas organizaciones internacionales y nacionales, como la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), han señalado que el regreso a clases presenciales y la implementación de protocolos seguros que lo permitan es fundamental y urgente para frenar el daño en el aprendizaje de los niños y niñas pero también para evitar situaciones de maltrato, abuso y violencia que no pueden ser identificados a distancia.

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FOTO: Alejandro Rodríguez/CUARTOSCURO.COM

México es uno de los países que más ha retrasado el regreso a clases presenciales en comparación con otros países. Los niños han estado en un modelo de clases a distancia, por televisión o por medio de sesiones en internet, pero no hay forma de evaluar qué tanto ha funcionado o no.

En este sentido el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) presentó un análisis de las condiciones de regreso a clases en México en comparación con otros países: los profesores regresan sin saber en qué condiciones están los alumnos, si la estrategia de clases a distancia funcionó o qué tanto no funcionó, sin herramientas estandarizadas para evaluarlos y sobre todo sin una prueba estandarizada de evaluación de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Es decir, si quieren evaluar, cada quien se rasca con sus propias uñas.

Regreso a clases sin brújula

Ahora que el gobierno de México plantea el regreso a clases presenciales y los protocolos necesarios ante el COVID-19, uno de los aspectos fundamentales que tendría que considerarse es la evaluación de los alumnos. Es decir, dimensionar la pérdida de aprendizajes a través de evaluaciones para que los profesores, escuelas y la autoridad educativa en general pueda diseñar programas para compensar lo perdido de alguna forma.

El asunto es que en nuestro país eso aún no está bien cuajado.

De acuerdo con el plan de regreso de la SEP, el diagnóstico de los alumnos depende de cada profesor pero no considera otras herramientas como exámenes estandarizados. Es decir, los docentes deben examinar cómo están sus alumnos pero sin que tengan capacitación o herramientas adecuadas para hacerlo.

A pesar de que la SEP propuso que las evaluaciones se hicieran en tres áreas (desarrollo socioemocional, formación de hábitos de vida saludable y habilidades intelectuales para el aprendizaje autónomo como lectura y escritura, matemáticas y resolución de problemas; cada profesor tiene “libertad” de decidir qué herramientas usar.

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FOTO: Alejandro Rodríguez/CUARTOSCURO.COM

Las autoridades desarrollaron una prueba enfocada en lectura y matemáticas pero sin la valoración socioemocional.

El asunto es que la prueba se debe aplicar al inicio del ciclo escolar y ya, luego solo se sugiere volver a aplicarla a mediados del ciclo. El IMCO recalca que esto no permite dar un seguimiento puntual a las estrategias de regreso a clases.

Las evaluaciones en otros países

Por ejemplo, a partir de datos de la UNESCO el IMCO presentó un comparativo de cierres de escuelas, evaluación y regreso a clases en países como México, Brasil, Chile, Estados Unidos y Países Bajos.

De estos México es el que más semanas ha tenido cierre total de escuelas.

Estados Unidos, Países Bajos y Brasil tiene una evaluación estandarizada comparable entre escuelas a nivel nacional y regional. México y Chile no, la diferencia es que Chile sí capacita a sus docentes y les da las herramientas para analizar las evaluaciones periódicas.

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Foto: IMCO

A pesar de que el plan de evaluaciones mexicano es sencillo de aplicar, barato y cada maestro puede adaptar el diagnóstico al contexto de su escuela, tiene 4 principales desventajas:

  • Falta de capacitación y guías más detalladas.
  • Falta de una estrategia para sistematizar los resultados de cada plantel.
  • Se contempla un solo periodo de evaluación por ciclo escolar.
  • Falta una prueba estandarizada para compensar algunas de las desventajas.

¿Qué es lo que el IMCO propone en este contexto? De las secuelas más graves que ha dejado la pandemia de COVID es la pérdida de aprendizajes, que a largo plazo pone en riesgo el futuro profesional que varias generaciones de estudiantes.  Es posible revertir las consecuencias pero con medidas contundentes y estructuradas.

En general el instituto propone:

  • Usar este ciclo escolar como un periodo extraordinario de recuperación, priorizando el diagnóstico y la atención académica.
  • Incluir evaluaciones estandarizadas de aprendizaje de los alumnos en la valoración diagnóstica.

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Yo soy Gabriela Espinosa, pero díganme Gaby, si no siento que me regañan. Trabajo como reportera y redactora en Sopitas.com desde 2018 y desde entonces me enfoqué, en su mayoría, en hard news. En diciembre...

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