Canadá es todo un ejemplo. Además de la calidad de vida que da a sus habitantes, el gobierno encabezado por el carismático Justin Trudeau da muestras de cómo se arma un gabinete de forma humana y socialmente comprometida.
Ahora que Donald Trump más que armar un gabinete parece que está reuniendo a la liga de lo supervillanos, en Canadá las cosas no podrían ser más diferentes. Una prueba bastante significativa es el caso del nuevo ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía: el ciudadano de origen somalí, Ahmed Hussen.
Hussen nació en Somalia pero a la edad de 16 años tuvo que salir de su país para huir de la guerra. Llegó a Canadá en 1993 en situación de refugiado y pudo desarrollarse sin problema alguno. Estudió Derecho en la Universidad de Ottawa y al poco tiempo de graduado comenzó a realizar trabajo comunitario. Involucrado con los problemas de su comunidad, se convirtió en activista social y de ahí saltó a la política provincial… aceptando cargos como voluntario.
Por sus logros como líder local (uno de ellos la inversión de 500 mdd en la remodelación de la zona en la que vivió cuando recién llegó a Canadá), Hussen no tuvo problemas para ser electo diputado en 2015. El primer diputado de origen somalí en la historia del país.
Ahora hace historia nuevamente. El martes pasado el primer ministro de Canada, Justin Trudeau, lo nombró como el encargado de diseñar las futuras políticas de inmigración del país, las cuales seguramente irán en concordancia con las de Trudeau, quien ha señalado que anualmente pretende dejar ingresar al país a cerca de 300 mil inmigrantes. Sobre todo con el objetivo de reunir a las familias de refugiados.
Al tomar posesión de su nuevo cargo, Hussen se comprometió a ofrecer su “experiencia como inmigrante”, además de sus conocimientos en Derecho y los años que ha trabajado como activista y defensor de su comunidad.
Este 2017 Trudeau lo inició con cambios en su equipo de trabajo. Mientras que los críticos los ven como señal de que los antiguos ministros no rindieron los resultados esperados, otros apuntan que se tratan de movimientos de cara a la llegada de Trump al poder en Estados Unidos. El cambio más significativo se da en Asuntos Exteriores con salida de Stéphane Dion, un fuerte crítico del exótico republicano. Será sustituido por Chrystia Freeland, mujer de origen ucraniano y férrea opositora del gobierno ruso, encabezado por Vladimir Putin.
El caso de Hussen no es el único que muestra que Tradeau pone en los cargos a las personas que saben del tema… y no a las que llegan ver qué aprenden. Cuando asumió el poder en 2015, nombró como ministro de Defensa a Harjit Sajjan, un expolicía sij que sirvió con las fuerzas armadas en Bosnia y Afganistán; al multimillonario, Bill Morneau, como responsable de Finanzas; en el ministerio de Transportes al astronauta Marc Garneau y como ministra de Justicia a Jody Wilson-Raybould, miembro de las llamadas naciones originarias de Canadá.
¿Y en equidad de género qué tal? Bueno, su nuevo equipo brilla por su paridad: seis hombres, seis mujeres.
