Por ser una reforma constitucional, los de Morena van a necesitar una manita de la oposición para que pase la recién enviada reforma electoral… entonces, se prevé que ésta tenga el mismo destino que la fallida reforma eléctrica: no pasar.
Y así ya lo advirtió la oposición: no va a pasar, dicen. ¿Y eso no lo tiene contemplado AMLO? Seguro que sí. Entonces…
Pues antes de querer hacerle al oráculo político, resulta que el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno (Alito, pa’ los cuates) adelantó que la ya polémica reforma electoral de AMLO no va a ser aprobada. Según como la ve, así como ésta, nomás busca “distraer” de los verdaderos problemas del país… y la prueba es él mismo: hasta se tomó el tiempo de echar un comunicado.
“Como está, sin consenso, sin diálogo y sin compromiso, la reforma electoral que anunció hoy el Ejecutivo Federal, no pasa en el Congreso de la Unión”, advirtió Alito.
Por su parte, el PRD también echó su respectivo comunicado para avisar que, de los legisladores de su bancada, no saldrá ningún voto que apruebe la reforma electoral de AMLO. “Se trata de un golpe de estado técnico”, advierte el Sol Azteca en su comunicado.
El líder del PRD, Jesús Zambrano, se vio más profético y auguró que el previsible rechazo de la reforma electoral va a ser utilizado por el presidente para “manipular a la opinión pública y decir que los traidores a la patria no quieren que cuesten menos las elecciones”… cosa que no es cierto, según: “claro que queremos que cuesten menos (…) pero no a costa de desaparecer la pluralidad electoral”.
El PAN no mandó comunicado especial sobre el asunto, pero varios de sus militantes, por cuenta propia, se fueron posicionando al respecto. En contra, claro. Por ejemplo, la Asociación Nacional de Gobernadores del PAN expresó su apoyo al INE y, pues ya… con eso se entiende que es “no” a la reforma electoral.
Ayer, 28 de abril, en la mañanera, AMLO adelantó que presentaría su reforma electoral a la Cámara de Diputados. Dicha ley, a grandes rasgos, lo que pretende es meterle tijera a presupuesto a asuntos electorales y, además, modificar al INE y la forma en que son elegidos sus consejeros electorales.
Para que pase la ley electoral se necesitan al menos dos terceras partes de los votos de los diputados, lo que quiere decir que los legisladores de Morena tienen que convencer a unos cuantos representantes de la oposición. Se ve difícil, entonces.