Me acuerdo perfecto que el día que murió John Lennon no sufrí absolutamente nada. Hubiera twitteado “John te voy a extrañar, inventaste el soundtrack de mi infancia”. Pero no sufrí nada. Tenía dos años. Nunca había escuchado una de sus canciones en mi vida. Creces y tus papás te ponen a los Beatles. No está del todo mal, piensas. ¿Te acuerdas exactamente del momento en que te enteraste de que John Lennon ya se nos había adelantado? Yo no. ¿Cuál es la edad promedio en que los niños se enteran de que John Lennon esta muerto? Es más o menos la misma edad en que, sin verlo venir, descubres que Santo Clos son los papás. Era triste darte cuenta de que nunca podrías ver a John Lennon en vivo en el Azteca, pero como dijo Corky Tatcher, “Life goes on”.

¿Que sonaba todo el día en la radio mexicana en 1987? “Persiana Americana” de Soda. Soda Estéreo era el nombre completo de la banda pero simplemente le decías Soda. Y Soda tenía su propio John Lennon, pero mejor, ya que cantaba en tu idioma. Gustavo se llamaba, un nombre relativamente común pero con un apellido que él se encargo de inmortalizar: Cerati. Solo necesitabas un casete de Signos, un lápiz y grabadora de doble casetera para enamorarte de su música por siempre.

Una maestra de primaria en la RaRaRa te ponía de examen rellenar espacios en blanco de “In Between Days” pero yo no entendía nada, sacaba puro 6. Arriba de 6 todo es vanidad y falso orgullo. Cerati era el Robert Smith latinoamericano. El sonido, el peinado, la atmósfera, era la misma cosa. Escuchaba “Persiana Americana” en español y entendía el mensaje perfecto “Sólo así yo te veré a través de mi Persiana Americana, yeeeei “. ¿Qué significa eso? Absolutamente todo. Cerati unió al continente con su Persiana desde México hasta la Patagonia. El casete además traía “Prófugos”, una canción perfecta; “Signos”, favorita #1 en vivo; y “El Rito” . Juay.

Cambió todo, quería escuchar únicamente música en español. Casetes importados y carísimos de “América Perdida” de Mano Negra. América Perdida a través de mi Persiana Americana. Fabulosos, Tacuba, Fobia, Caifanes todo sucedió muy rápido a principios de los noventa. El Bulldog café de Sullivan era el templo de este culto. Barra libre de moraditos, no te pedían identificación y te sacaban hasta el amanecer. Una época más inocente. Invariablemente, en el cenit de la noche, el DJ (pero nadie le llamaba DJ, solo había música, no veías a nadie haciéndole a la mamada moviendo botones) soltaba “De Música Ligera”, un verdadero himno. Catarsis infinita. Me emociona más que el himno nacional. Gracias totales, Gustavo, lo volviste a hacer.

Matarías por revivir los momentos de tu vida donde Gustavo proporcionó el soundtrack. Son cosas imposibles. Gustavo no pidió nada a cambio, fue su regalo al mundo, un verdadero artista en el sentido más esotérico de la palabra. Después de un concierto en Venezuela, trágicamente, pero también, al parecer, irresponsablemente, su cerebro dejó de funcionar. Su corazón siguió latiendo otros 4 años pero la sensibilidad con la que compuso sus letras y música se había ido. En mis recuerdos, Gustavo vivirá para siempre. Y también en mi “aIfon”, gracias a la magia de la tecnología del Spotify, tengo toda la discografía de Soda forever: son mis vacaciones.

Escribo esto escuchando “Doble Vida”, “Un Misil en mi Placard”, (no la unplugged), “Danza Rota”, “¿Por qué no puedo ser del Jet-Set?” y me pregunto porque no fui yerno de Slim y construí el nuevo aeropuerto. “Sobredosis de TV”… qué más ochentero objeto que la tele… hoy tengo sobredosis de Twitter, Facebook y guattsaap, Nos llevó al extremo con “Juegos de seducción”. “Ecos”, qué moderna suena en septiembre de 2014, y así te puedes seguir, con tus propios latidos llenando vacíos los 7 discos de Soda. No tiene pierde una sola canción. No hay una mala. Ni una.

Entre el Dynamo y el Sueño Estéreo apareció O.K. Computer de Radiohead del otro lado del mundo. La legión británica venía a cobrar venganza. La época de oro del rock mexicano comenzó su decadencia. Cerraron el Bull. Rockotitlán se mudó al Bronx. Soda se desintegró un par de años después.

Gustavo murió el 4 de septiembre del 2014. 30 años después de lanzar su álbum debut. Cuentononón que les ha de haber salido: pobre de su familia, estar en un hospital 4 años no es nada barato, nada. ¿Qué haces? Pues nada, audífonos y lloras con “Trátame Suavemente”. Chistes malos y comentarios de mal gusto pongo en Twitter. A través del mal humor, trato de lidiar con la muerte. Así soy, no puedo ser de otra manera. Cerati no es Keiko.

Cuando ves un cuadro de Van Gogh, no te lamentas de que muriera hace 130 años. Te rindes ante la pintura. Gustavo vivió 50 años una vida que fue un sueño. Sus canciones sonaran en casa de todos los adolescentes latinoamericanos para toda la eternidad. Y,tal  como John Lennon compuso el soundtrack de la adolescencia de nuestros padres, Cerati lo hizo para la nuestra.

Este es el Gustavo que quiero recordar. “El rito”, 1987, Viña del Mar:

@hombregratis

 

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