En este día de muertos recordamos a la justicia, fallecida hace 20 años en Ciudad Juárez, la muerte es la forma trágica en que la frontera se muestra ante el mundo.

En estas fechas conmemoramos a los muertos en México con las llamadas ofrendas, en las que se les reza, canta y llora, además de ofrecerles una pequeña muestra de lo que éstos disfrutaban en vida, pero la despersonalización de una interminable lista de mujeres muertas nos habla de que su muerte y su desaparición se reduce a ser simplemente restos, ni siquiera un cuerpo. La ofrenda para nuestras muertas debería ser de justicia, de llevar en la memoria estos hechos.

Estos feminicidios han ocurrido durante 20 años y poco o nada se ha hecho. Sólo las eternas preguntas de las madres de las desaparecidas, la indolencia, complicidad y corrupción de las autoridades de esa ciudad mantienen el statu quo de la muerte, como si ella se hubiera convertido en el estatuto de la vida.

La artista plástica Ambra Polidori, nos recuerda que en Ciudad Juárez los feminicidios son ya parte del escenario de Juárez.

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La organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa describe los actos de violencia que sufre la mujer en Juárez:

“En Ciudad Juárez desaparecen mujeres y no se vuelve a saber más de ellas, a menos que sus raptores decidan hacer aparecer sus cuerpos sin vida y con evidencias claras de haber sido brutalmente torturadas y asesinadas, violadas de manera tumultuaria y arrancadas partes de su cuerpo o quemadas. Las víctimas son mujeres jóvenes y de origen humilde, en su mayoría, son raptadas, mantenidas en cautiverio y sujetas a una feroz violencia sexual antes de ser asesinadas y dejadas en lotes abandonados. Todo parece indicar que estas jóvenes son seleccionadas por sus victimarios por ser mujeres sin ningún poder en la sociedad.”

¿Cómo empezó todo?

Fue una noche de invierno, en febrero de 1999, cuando leía hasta la madrugada una serie de relatos que narraban detalles de muerte tras muerte desde 1993. Así empezó todo. A pesar de lo que decían las autoridades, estos casos no eran normales y eran muchos. Niñas de entre 13 y 18 años fueron violadas, estranguladas y mutiladas. Los cuerpos de algunas de las víctimas tenían un triángulo en la espalda, marcado con alguna arma punzocortante.  Los asesinatos de las mujeres no habían sido relacionados, pero casi todos se caracterizaban por una violencia extrema, las víctimas desaparecían en la zona del centro, a plena luz de día, sin que nadie viera nada.

Los cuerpos hallados son mujeres de todas las edades, incluso niñas y en su mayoría de un estrato socioeconómico bajo. Las mujeres que asesinan también son trabajadoras de fábricas y maquiladoras que hay a las afueras de la ciudad, en donde tienen que caminar al menos un kilómetro para llegar a la parada del autobús. Muchas de estas mujeres tienen horarios nocturnos, algunas salen de trabajar a las cuatro de la mañana. El poco alumbrado público que hay en las carreteras y avenidas crea las condiciones para que estas mujeres sean las más expuestas a ser víctimas de asesinato.

La corrupción de la policía a todos sus niveles en Juárez es clave para explicar por qué siguen los levantones misteriosos, las ejecuciones relacionadas con los ajustes de cuentas y los asesinatos sistemáticos de mujeres.

Los expedientes secretos

Hubo varias investigaciones mexicanas a nivel federal que se llevaron a cabo antes de 2003 y que fueron contundentes. En ocasiones distintas, también hubo oficiales estatales en Chihuahua que trataron -sin éxito- de seguir una de las líneas que ya conocían los investigadores federales. Agentes de la inteligencia del Ejército Mexicano también observaban con alarma lo que sucedía en Juárez.

Las investigaciones mexicanas federales contienen relatos de oficiales y otras personas que facilitaban orgías donde se ultrajaba a mujeres que aparecían muertas después. Los investigadores dicen que algunas de las personas también participaban en los asesinatos. Entre los apellidos que funcionarios estadunidenses y mexicanos conocen de personas que supuestamente podrían saber de los hechos o podrían estar involucrados están: Molinar, Sotelo, Hank, Rivera, Fernández, Zaragoza, Cabada, Molina, Fuentes, Hernández, Urbina, Cano, Martínez, Domínguez y otros.

No han vuelto a aparecer cadáveres en serie desde febrero, cuando se hallaron entre tres y cuatro por el Cristo Negro, y las autoridades en Chihuahua dicen que esto es prueba de que ya no están matando a mujeres. Pero informantes de la FBI han indicado que siguen las muertes, y la diferencia es que ahora los asesinos se están deshaciendo de los cuerpos de una manera espantosa.

En Ciudad Juárez se han suscitado 38 muertes de mujeres, mientras que en el Estado de México van 56 en lo que va del año, siendo este 2013 en el estado de Guanajuato el que registra más, con 63 asesinatos, cifra superior registrada en el 2011 que fue de 56.

Con información de: Reflexiones marginales,

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