Un interno, identificado como Jorge Rafael Frías, se esfumó del Reclusorio Preventivo Varonil Sur durante las últimas horas del fin de semana. Las autoridades capitalinas reportaron al reo como desaparecido y comenzaron a esgrimir distintas hipótesis sobre su paradero. Si bien existía la posibilidad de que el procesado se hubiera fugado de la prisión, también se barajó otro escenario: el imputado por el delito de robo agravado podía seguir dentro de las instalaciones del centro penitenciario. Cerca de las 4:00 hrs del lunes —en la madrugada, pues— los custodios del sitio notaron la ausencia del convicto, con lo cual se activó el protocolo de seguridad y búsqueda del reclusorio. El Ministerio Público dio intervención a peritos en fotografía y criminalística, además de ordenar el análisis del material contenido en las distintas cámaras de videovigilancia. A la búsqueda se sumaron elementos de la Policía de Investigación y la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México.
Este martes 22 de agosto, el interno —experto en jugar a las escondidillas— fue encontrado en un sitio inverosímil. El reo hizo gala de sus mejores y más ingeniosas triquiñuelas y se embutió a sí mismo en un lugar insospechado, estrecho y seguramente incómodo. El imputado por robo fue encontrado en un muro hueco que divide las regaderas comunes y el pasillo de la zona 4 del dormitorio 1 del Reclusorio Preventivo Varonil Sur. Así como lo leen. De acuerdo con las autoridades, Rafael Frías, el escurridizo procesado que ingresó al sistema penitenciario en 2016 y fue sentenciado a siete años y siete meses de prisión, se encuentra en buen estado de salud. Los protocolos para dar con su paradero incluyeron el rastreo del desaparecido con ayuda de perros entrenados K9.
Por una buena cantidad de horas, Jorge Rafael Frías puso en jaque a las autoridades capitalinas y del centro penitenciario.