Si bien la mayoría de la población no es especialista en el tema de las finanzas, no se necesitaba mucho conocimiento para notar lo que hasta apenas le dieron permiso de decir declaró el Banco de México (BdeM), en relación al impacto negativo que tendrán los recientes acontecimientos sociales en el crecimiento económico del país.
Ya desde antes de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa la situación no pintaba para bien, pero ahora ya se tiene una excusa para advertir sobre “la posibilidad de una evolución de la actividad económica menos dinámica que la prevista en caso de que los recientes acontecimientos sociales en el país afecten las expectativas de los agentes económicos”.
Con todo y lo anterior, en ese juego cotorro que tienen las autoridades al momento de dar una mala noticia, para después matizarla con información que sólo ellos creen –o perciben- también se informó que México ha sabido sortear el deteriorado entorno social… internacional -riesgos geopolíticos y la alarma causada por el ébola- y por ello el ritmo del país es mayor que el de principios de 2014, es decir, el país “está en movimiento”, como tanto gustan de decirnos en spots.
Además, durante el informe en el que se dio a conocer que se tomó la decisión de mantener sin cambio en 3% anual su tasa de interés de referencia, el banco central indicó que existen riesgos al alza para la inflación, una mayor depreciación cambiaria… y todo por culpa de la volatilidad de los mercados internacionales, a que el aumento a los salarios mínimos ha sido superior a la inflación. Sin olvidar el bajón que ha tenido el peso mexicano frente al dólar y los aumentos en las tasas de intereses, calificados como “incrementos marginales”.
“Hasta el momento estos movimientos se han dado de manera ordenada (…) Sin embargo, aun cuando los ajustes en las variables financieras en México han sido hasta el momento de menor magnitud que en la mayoría de las economías emergentes, no se puede descartar la posibilidad de mayor volatilidad en el futuro”.
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