Australia había dicho que sus satélites probablemente habían encontrado restos de la nave que tan misteriosamente desapareció hace ya tantos días. Las autoridades australianas reanudaron la búsqueda el día de hoy en el sur del Océano Índico que se había detenido ayer por el mal tiempo… aunque el mal tiempo sigue y eso podría significar una menor probabilidad para encontrar al avión.
Un primer avión salió la mañana del día de hoy y lo seguirán dos aeronaves más que lo acompañarán a la zona de búsqueda. Tardarán 4 horas en llegar a dicha zona y 4 horas en regresar, lo que indica que solo tendrán combustible suficiente para sobrevolar la zona por 2 horas.
En total son 5 aviones los que participarán en la misión de búsqueda del día de hoy.
Hasta el momento no se ha informado de ningún avistamiento.
Anoche llegó a la zona de búsqueda (la zona comprende 23 mil kilómetros cuadrados) el buque mercante noruego St. Petersburg. El buque tiene una tripulación filipina y utilizó luces para buscar en la noche, hoy siguen buscando. Además podrían llegar otro barco comercial y un buque de guerra australiano.
Ayer, una aeronave Hércules arrojó boyas que servirán de marcadores para la búsqueda.
Además, buques de la Armada china se dirigen al Oceáno Índico sur. La flota está formada por el destructor Haikou, el barco de transporte anfibio Kunlunshan y el navío de aprovisionamiento Qiandaohu.
Otros barcos chinos continúan la búsqueda del avión al oeste del mar de Andamán (en la zona del golfo de Bengala).
¿Qué esperanzas se tienen de encontrarlo?
Mike Yardley, oficial de la Fuerza Aérea de Nueva Zelanda, dijo que la búsqueda el día de ayer se vio obstaculizada cuando una aeronave tipo Orion, se vio obligada a bajar la altura por las espesas nubes y la niebla (llegó a los 60 metros de altura).
Aún así el señor se mostró optimista:
«Vamos a encontrarlo. Estoy seguro de que la única razón por la no lo hemos encontrado es porque está hundido»
Tal vez la expresión de Yardley pueda poner contenta a la gente que quiere encontrar las partes del avión, pero no creo que dé muchas esperanzas a los familiares de los pasajeros. Parece que lo único por lo que pueden rezar es por encontrar la caja negra.
Pero lo que encontraron los satélites autralianos podría ser cualquier cosa, un contenedor de un barco, por ejemplo.
Los satélites encontraron una imagen de algo que podría medir 24 metros de largo (que sería algo más grande que un contenedor estándar) y otro objeto de 5 metros.
Uno de los elementos que tienen en contra son las condiciones meteorológicas (es como si el mismo Poseidón interviniera para mermar cualquier esfuerzo humano para encontrar al avión).
Además los objetos en las corrientes marinas se desplazan a una cierta velocidad, cada día que pasa dispersa las piezas del avión de la zona que detectaron los satélites en los que podría estar (si es que está ahí, en el mar, porque uno ya no sabe en este mundo post-moderno qué pueda pasar).
¿Los datos que sabemos del avión?
El avión Boeing 77-200 de Malaysia Airlines rumbo a Pekín desapareció del radar unos 40 minutos después de despegar el pasado 8 de marzo de Kuala Lumpur con 239 personas a bordo.
Sus ocupantes eran:
- 153 chinos
- 50 malasios (12 forman la tripulación)
- 7 indonesios
- 6 australianos
- 5 indios
- 4 franceses
- 3 estadounidenses
- 2 neozelandeses
- 2 ucranianos
- 2 canadienses
- 1 ruso
- 1 holandés
- 1 taiwanés
- 2 iraníes que embarcaron con pasaportes robados a un italiano y un austriaco.
La policía está considerando la posibilidad de secuestros, sabotaje, terrorismo o las cuestiones relacionadas con la salud mental de los pilotos o cualquier otra persona a bordo (es decir, no se ha descartado aún ninguna posibilidad).
Al final del día tenemos a la mitad del mundo buscando la aeronave y nadie tiene una idea segura sobre nada, lo que le pasó, su ubicación, lo que sea. Independientemente de lo que le haya pasado (desde un secuestro, un accidente, la abducción por aliens, un rapto divino, o el viaje por el tiempo) podríamos tomar este caso como un recordatorio de que, a pesar de que creemos que el mundo se ha encogido y nuestro avance tecnológico es muy alto, no podemos explicar algo como una desaparición de un objeto tan grande y encontrarlo en donde sea que esté. Seguimos siendo pequeños.
