¿Te imaginas ver una película con una imagen borrosa? ¿O leer un libro que se brinca de la páginas 50 a la 65? Los discos filtrados suelen estar plagados con defectos similares: mala calidad de audio en la mayoría de los casos, o canciones inexistentes en los casos extremos, pero cómo diría Jaime Maussan: “Y nadie hace nada.” O mejor dicho, a nadie le importa.
A mucha gente realmente no le interesa el tema de la calidad de audio. A veces compramos un sistema de entretenimiento casero con altavoces de 5.1 surround sound sin saber qué es o cómo sacarle máximo provecho. Esto resulta evidente porque no parece molestarnos poner música con las bocinas integradas de una laptop o con audífonos de gusanito que compramos en el metro por 20 varos. La idea de gastar más de 500 pesos en unos audífonos decentes nos parece un exceso, o un lujo que se dan los audiofilos o la gente que trabaja en el medio.
Aunque es relativamente sencillo detectar con nuestra vista la diferencia entre HD 1080p y 360p en un video, la realidad es que nuestros oídos no están entrenados para hacer lo mismo entre una definición de sonido y otra. Por ejemplo, te invito a que conectes tus mejores audífonos, y tomes esta prueba de NPR donde tienes que distinguir la diferencia entre un archivo WAV sin comprimir, un MP3 de 320 kbps, y un MP3 de 128 kbps. La verdad es que la prueba no es nada sencilla (hasta con los mejores audífonos) y sus ejemplos no son los más ideales que digamos, pero si logras atinarle a 4 de 6, tienes mis respetos.
El punto que quiero exponer no es sobre nuestros pobres oídos mal sofisticados, sino sobre nuestra resignación a tolerar un disco filtrado que se escucha a 128 kilobits por segundo… lo cual es francamente patético. Así como no estarías dispuesto a ver una película con una imagen borrosa, tampoco deberías tolerar un sonido tan pobre. Cierto, hay algunos discos filtrados que puedes descargar en formato FLAC, ¿pero realmente vale la pena?
Pues bueno, todo indica que sí. Por ejemplo, Spotify parece darle la razón a los críticos de Tidal. La gente no está dispuesta a pagar un premium por una mejor calidad de audio, por más que Jack White resalte la experiencia de escuchar un disco tal como el artista quisiera que lo oiga. Resulta más importante escuchar un disco primero en 128 kbps que esperarse un par de semanas para oírlo aunque sea en 320 kbps, el bitrate que ofrecen Spotify y Rdio a los suscriptores Premium.
Bueno, es obvio que al público no se le puede ganar con el argumento de que un disco se escucha mejor si te esperas al estreno oficial, pero entonces ¿Qué remedios existen para combatir la filtración de discos?
El estreno sorpresa.
Desde que Beyoncé tomó al mundo literalmente por sorpresa con su más reciente álbum en diciembre de 2013, muchos artistas han seguido más o menos la misma estrategia. Recordemos cómo la cantante desató un circo mediático y tiró las redes (o “rompió el internet” como dicen los chavos de hoy) cuando salió de la nada con un disco completo de nuevo material. Claro, los discos que tienen su estreno por la vía digital no son nada nuevo, pero prescindir de toda una campaña publicitaria que incluye primeros sencillos, videos, entrevistas, comunicados, y todo lo demás, fue algo súper riesgoso y extraordinario. Para sorpresa de todos los escépticos, la apuesta dio resultado, pero eso se debe a que no hay muchas estrellas de pop de la misma estatura que Beyoncé. Por otro lado, tu típica banda indie promedio se estaría condenando al suicidio económico si se atreve a lanzar su disco sin hacerle un poco de ruido antes.
Desde entonces, la estrategia sorpresa ha sido adoptada por más y mas artistas -principalmente en el hip-hop- con el fin de ganarle la primicia a los leaks. Al lanzar su disco en linea, sin previo aviso, le están robando a la piratería su máximo atractivo: la carrera por ser el primero. ¿Qué caso tiene descargar un álbum si ya lo puedes escuchar en linea o hasta descargar gratis (como en el caso de Wilco) a través del sitio oficial del artista… y en mejor calidad?
Es ahora que los artistas salen ganando porque son ellos quiénes dictan los tiempos y su música puede ser escuchada bajo sus condiciones, brincándose a todos los intermediarios, tanto legales como ilegales. Por lo general, antes un disco podía esperar varios meses en la bóveda, una vez concluido el proceso de grabación, hasta que por fin saliera a la venta. La disquera dictaba las fechas de lanzamiento de acuerdo a sus planes de distribución y marketing, pero si el disco se filtraba mucho antes del día de estreno programado, la disquera se veía obligada a apresurar el lanzamiento del álbum, a riesgo de perder más ventas.
Tomemos como ejemplo esta semana, cuando FKA twigs soltó sobre las plataformas de streaming su más reciente EP. Aunque sabíamos que twigs tenía un disco planeado para este año, los medios no teníamos idea de cuál iba a ser la fecha de estreno ¿Cuáles son los pros y los contras de dicha estrategia?
PROS:
1. Música nueva por parte de una de las artistas más cotizadas en la actualidad con calidad de sonido decente.
2. La artista tiene control sobre su material y su imagen. Además del EP, twigs acompañó el estreno con un cortometraje de 15 minutos con todas sus canciones.
3. Los sitios piratas tienen un disco menos en su catálogo de opciones.
¿Y qué podemos decir en contra?
Los medios nunca recibieron el disco por avanzado para que puedan tener una reseña lista previo al lanzamiento del álbum. ¿Pero realmente eso es algo malo? Desde la muerte del formato físico, las reseñas positivas o negativas tienen poca influencia sobre las decisiones de los consumidores. Si ya (casi) todos los discos van a estar disponibles en Spotify, un Best New Music de Pitchfork no va a alterar la decisión de un usuario de escucharlo o no. Esto no quiere decir que la crítica haya perdido su relevancia en el debate artístico, pero en la industria musical han perdido la influencia que tenían sobre una decisión muy importante: ¿Valdrá la pena gastar mi dinero en un disco?
El escenario está puesto para que la música recobre su chispa de emoción y pueda deshacerse de la tediosa formalidad de los comunicados de prensa. Si mañana despiertas y te encuentras con que [nombre de tu banda favorita] lanzó su nuevo disco sin que tuvieras noción alguna de su existencia, piénsalo: Tú, como consumidor, sales ganando porque ¡hey! música nueva al alcance de un par de clicks, y el artista sale ganando porque el fan acude a sus canales para escuchar el material. Regresemos a lo más básico, escuchar y ser escuchado. Todo lo demás es ajeno.
T: @ShyTurista