Cuando parecía que el cielo se tornaba gris, en febrero pasado éste se abrió y resurgió una estrella para hoy volver a ubicarse en el lugar que le pertenece. Rafael Nadal vuelve a ser número uno del mundo, tras la retirada del checo Tomas Berdych en semifinales (4-2) del torneo de Pekín.

Siete meses lesionado con una rotura parcial del ligamento rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda, parecían ser el fin de una de las carreras más promisorias y ya avasalladoras de la ATP, pero no fue así, el mallorquín regresó con bríos renovados y aunque cayó rápido en Wimbledon, esto no fue motivo para agachar la cabeza, sino para pensar en grande y sobreponerse inmediatamente a la adversidad.

Así, Rafa llegó a Pekín con la esperanza de volver a ser #1 del ránking, lo haría con tan sólo llegar a la final y lo ha conseguido. Hoy en la semi que no a podido sostener Berdych, le ha arrebatado el trono a Novac Djokovic, con quien se enfrentará en la final. Nadal suma diez títulos, dos finales, una derrota en primera ronda y lo que consiga en la capital china.

Es como un regalo después de un gran año, uno de los mejores de mi carrera, sin ninguna duda. Es muy especial volver a la cima del ránking después de medio año sin jugar. He hecho 13 finales este año en 14 torneos, algo que nunca hice antes. Por eso es muy, muy especial para mí.

El de Manacór, España, es invencible en arcilla, es el mejor en dicha superficie pero ahora y para sorpresa de muchos, se ha adaptado de maravilla a un terreno que no le era muy favorecedor en el pasado: el cemento, la cancha dura. En 2013, Nadal suma 26 victorias por ninguna derrota en pista rápida y un total de 65 partidos ganados por 3 perdidos. Números que asombran a cualquiera y por los que ha escalado de forma vertiginosa el ránking, dejando rivales tirados en la cancha que pisa.

Su camino hasta el lugar que le pertenece, para nada fue fácil. Hace tres años que no lo consigue, ya que perdió el puesto a mediados de 2010. Nunca en la historia pasó tanto tiempo entre que un tenista celebrara ese éxito y lo volviera a conseguir. Pero al parecer el 2014 será un año de mucha esperanza para el español, podrá sumar muchos puntos y destrozar el ránking a su manera.

De ganar mañana en la final de Pekín, igualará la mejor campaña de su vida, la de 2011 cuando levantó 11 trofeos. Su cuesta arriba no será nada fácil, Nole está ahí para cualquier cosa y aunque ya no sea el #1, siempre será una aduana complicada de sortear. De esta manera, Nadal vuelve a tocar el cielo con las manos. En la misma ciudad donde con su oro en los Juegos Olímpicos, se proclamó número uno del mundo por primera vez en su carrera.

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