De todos los fanáticos ultras europeos, tal vez los de la Lazio sean los más racistas, antisemitas y despreciables de todos.
Fundado en 1906 por un grupo de militares italianos de ultraderecha, la Lazio pronto se convirtió en el equipo favorito de los conservadores y hasta la fecha mantiene un ánimo pólitico “inusual”, según los comentaristas italianos.
El fin de semana, los gritos racistas de la tribuna del Lazio contra el brasileño de la Roma Juan Silveria Dos Santos empañaron el derbi italiano. Otra vez. Cuarenta y cinco minutos aguantó el defensa y al inico de la segunda parte los mandó a callar con la mano.
Los fanáticos del Lazio se detuvieron y bajaron a pedirle disculpas.
Sí claro, bueno, en realidad, los ultras de la Lazio son unos simios, así que siguieron con los insultos contra el brasileño hasta que el árbitro llamó al capitán del Lazio, Stefano Mauri, para advertirle de que o terminaban los coros o se podía suspender el partido.
Mauri tampoco tuvo exito. No es extraño en un estadio donde el partido ultranacionalista Alleanza Nazionale utiliza las gradas o donde como lugar de recrutamiento, la hinchada trató de que se le cambiará el nombre al estadio de Olímpico de Roma “il Duce”, el ápodo con el que se conocía a Benito Mussolini, el más grande fan del Lazio.
No es extraño pues ver fotografías en las tribunas del dictador italiano durante los partidos y que los ultras insulten a los propios jugadores de su equipo por no ser “italianos”. Así es el Lazio.
