Una historia propia dentro del Manchester United. Un mundo lleno de claroscuros, de sinsabores y de cambios. Un sueño hecho realidad para cualquier futbolista. Eso es lo que ha vivido desde su salida de las Chivas, Javier Hernández.
Los goles “como sea” han sido uno de los sellos del mexicano, ser banca parece ser una constante, figurar a pesar de las inclemencias es su función, todo en medio de una ola de rumores que lo colocan en muchos equipos y ninguno al mismo tiempo.
Pasan las temporadas, los goles cada vez son más escasos y no porque él lo desee, sino porque el tiempo no ha sido el suficiente. La disputa por un lugar en uno de los clubes más importantes del orbe no es poca cosa y le ha costado. De ahí que todas las mañanas al abrir un periódico o un sitio web, la noticia “principal” sea que equis equipo quiere al “Chicharito” en sus filas.
¿Todos y nadie quieren a CH14? Parece que sí. El delantero no ha cesado en su sueño de seguir en Europa, lo meten tres partidos en una gira por Estados Unidos y rinde. Como siempre. Lo busca y lo consigue, marca un gol, da un pase para otro, apoya, corre, se esfuerza, aunque al final todo parezca vanal debido a que Louis Van Gaal no tiene definido quién seguirá en el equipo y por la competencia con hombres de gran nombre como Rooney, Van Persie y demás.
Las “novias” caen como del cielo. Desde la temporada pasada se escucharon nombres como la Juventus, Atlético de Madrid, Inter y hasta el Real Madrid, plantillas que tienen bien definida una estructura y que al igual que con los Red Devils, seguramente calentar la banca sería su función primordial, guste o no.
¿Por qué tanto supuesto interés? ¿Se tratará de inflar -monetariamente- a un jugador que es valioso o simplemente es una lección para buscar ser mejor? Las preguntas surgen y las respuestas cada vez son menos. Javier vive entre la incertidumbre de no tener un lugar asegurado en la Premier, en el United, en el equipo que le ha dado tanto.
Equipos ofrecen más de 100 mil dólares (con un bonus de otro jugador), muchos dicen que Italia sería su destino para de nueva cuenta hacerse de un lugar contra Tévez, Llorente, Morata. En fin, el tiempo no apremia y Hernández aún no consigue establecerse de la manera que seguro él quisiera.
Nadie sabe qué pasa por su cabeza, qué es lo que realmente piensa y cuál será su futuro, pero la realidad es que ese “fichaje” se ha cocinado de más y parece no llegar. ¿Regresar a México? ¿Irse a un equipo de menor abolengo y brillar? Esa es la cuestión.
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