Esta semana sale a la venta el álbum debut de Nick Mulvey, uno de los discos más esperados en lo que va del año para esta oficina. Pero ¿quién diablos es Nick Mulvey?  Viajamos hasta Londres para encontrarnos con uno de los 10 artistas a seguir en el 2014, según la BBC.

“Empecé a tocar guitarra cuando tenía 17 años, lo cual es un poco tarde en la vida de cualquier músico para hacerlo, aunque desde niño siempre estuve creando sonidos a través de diversos objetos, a los 11 años aprendí a tocar batería, después me seguí con el  piano y finalmente, cuando tenía 17 años, comencé con la guitarra” es la voz de Nick Mulvey, sentado en la última mesa de un escondido café en el barrio de Hackney.

Las instrucciones para nuestro encuentro eran claras:  “El lugar no tiene nombre ni letrero, es una pared negra, con algunas ventanas oscuras.  Si llegas caminando a la esquina de Andrew’s Road y Cambridge Heath Road lo verás de tu lado izquierdo, arriba del canal.  Te veo ahí a las 2:00pm.”

La huelga del metro de Londres hacía de las suyas, así que, tras caminar por varios minutos sobre Cambridge Heath Road, llegué al lugar indicado, un modesto café que de alguna forma podría ser el fiel reflejo de la música de Nick Mulvey, es decir, no cuenta con los grandes letreros ni la gran parafernalia, si llegas ahí, es porque alguien más te habló de él y aunque al principio parece difícil de digerir, una vez que te das la oportunidad de conocerlo, comienzas a descubrir todas esos detalles escondidos que terminan por convertirle en un lugar acogedor.

Mulvey es uno de esos tipos que hace música por que ama la música.  “Musicalmente podría decir que soy un producto de la combinación de enseñanzas de mis padres”.  Su madre era cantante de música clásica, su padre un guitarrista ocasional y la herencia que dejaron a su hijo fue un amor auténtico por las armonías, pero sobre todo, por la experimentación e incorporación de diversos sonidos e instrumentos poco tradicionales, algo que se puede palpar a lo largo de las canciones que conforman su debut ‘First Mind’.

Cuando cumplió 18 años, Mulvey decidió viajar a Cuba para complementar su formación musical, un viaje que sin querer lo trajo a México.

“Un amigo se fue de vacaciones a La Habana y de casualidad se encontró con esta escuela de música e inmediatamente pensó en mí, así que cuando regresó, me dijo “Nick, tienes que ir a este lugar”. Agarré mis cosas y durante seis meses estudié en Cuba.  Estudié piano, estudié guitarra, estudié ritmos latinoamericanos, y al final, fui a México, estuve en Yucatán, en Oaxaca, en Zipolite y sobre todo me encantó estar en Punto Cometa…”.

Al final de su expedición por México, donde por cierto, la Universidad de Oaxaca le ofreció una plaza para trabajar como maestro de música, Nick Mulvey regresó a Inglaterra, donde continuó satisfaciendo su necesidad por aprender y experimentar con toda clase de ritmos, así que decidió estudiar una maestría en Etnomusicología, pasión que por cierto, comparte con Este, de HAIM…

“Cuando se me presentó esta oportunidad de estudiar Etnomusicología, no lo dudé un segundo, era el proceso natural que debía seguir para satisfacer mi necesidad de descrubrir ritmos de todas partes del mundo.”

Sería en ese curso, donde Nick Mulvey conectaría con Duncan Bellamy, Jack Wyllie y Milo Fitzpatrick con quienes formaría uno de los grupos de Jazz más importantes de la última década: Portico Quartet.

“Nos conocimos en la Universidad, compartíamos  muchos gustos musicales, pero especialmente conectábamos por el gusto que teníamos por Radiohead, Phillip Glass y John Coltrane. La combinación de estas influencias nos llevaron  a hacer un grupo, creo que la mayoría de los artistas deciden combinar muchas cosas que les gusta con el fin de crear algo nuevo. Al principio tocábamos piezas de treinta minutos, pero mi naturaleza de compositor nos llevó a concentrarnos en generar canciones de 4 minutos y ponerles una estructura más amigable para todos.

El éxito llegaría de manera inmediata para Portico Quartet quienes fueron nominados al Mercury Prize en el 2008 con su debut, “Knee-deep In The North Sea” y el sello distintivo de sus canciones terminaría reposando justamente en las manos de Nick Mulvey y su habilidad para tocar el hang y otras percusiones.  Para el 2009, Portico Quartet editaría su segundo disco, sin embargo, para el 2010, el destino y la fuerza creativa de Nick Mulvey apuntaría a otros horizontes.

“Fue un momento extraño, una combinación entre que yo quería intentar otras cosas y la vida misma se encargó de que pasaran otras cosas (lejos de Portico Quartet). Entonces cuando algo está pasando, solo puedes dejar llevarte. Fueron 6 años en el grupo para mí, y la verdad es que nos divertimos mucho, pero el perfeccionar mi técnica para tocar la guitarra se convirtió en una obsesión para mi en el 2010. Al mismo tiempo, también quería empezar a cantar, a expresar vocalmente lo que ocurría dentro de mí”.

Cuatro años han transcurrido de la separación de Nick Mulvey de Portico Quartet, cuatro años en los que el compositor británico decidió empezar de cero, comenzando por perfeccionar su técnica para tocar la guitarra, y después acostumbrarse a escuchar su propia voz.  Podríamos decir que “First Mind” es casi un trabajo artesanal, pues se trata del esfuerzo de cuatro años de un músico que, al día de hoy, sigue aprendiendo, experimentando y creciendo como artista.

Irónicamente,  el fin de este esfuerzo de cuatro años, es apenas el principio del viaje para Nick Mulvey.

“Siempre es el principio de algo; cuando dejé Portico Quartet tenía alguna idea de lo que quería hacer, sin embargo decidí desaparecerme por completo durante un año o año y medio para escribir y componer canciones, letras, melodías.  Quería explorar mi sonido, mi estilo, mi técnica.  Ya en el 2012 contacté a mi manager quién me ayudó a conseguir un estudio para grabar diversas versiones y trabajar con algunos productores.  Todo este proceso tardó año o año y medio de trabajo que se materializó en 2 EP’s, los cuales fueron muy importantes para mí,  para entender lo que quería decir y la forma en la que lo quería decir.”

El mayor reto en este largo proceso para Nick Mulvey, fue aprender a cantar sus propias canciones, con un antecedente en donde toda su vida había girado únicamente alrededor de la música instrumental, el ponerle voz a las ideas y  sentimientos se convirtió en la lección por aprender.

“No fue nada fácil, al principio, en los primeros dos Ep’s, llegaba al estudio y cantaba a treinta centímetros del micrófono… me hacía falta confianza en mí mismo, y sobre todo el acostumbrarme a escuchar mi propia voz y saber que estaba diciendo lo que realmente quería decir.  Antes de grabar el disco, decidimos grabar cuatro canciones, en cuatro estudios, con cuatro productores diferentes, para que pudiera ganar mayor experiencia, ver con cuál me podría sentir más cómodo, y al final, terminamos con Dan Carey (Bloc Party, Franz Ferdinand, Toy, Bat For Lashes) con quien grabamos todo el disco en un estudio al sur de Londres”.

Mientras grababa su disco, Nick comenzó a contactar a agentes de bandas, a quienes envío su demo con el fin de conseguir algunas tocadas.  El esfuerzo culminaría al convertirse en el artista invitado para el tour europeo de Rodrigo y Gabriela, Lianne La Havas, Willie Mason, Laura Mvula, Gothye, Jamie Callum y Laura Marling.

Mas allá de nombres, lo relevante de este dato es encontrarnos con un compositor que antes de editar su primer disco, contaba ya con más de 200 conciertos bajo el brazo.

“Todo el tiempo, durante el último año y medio estuve tocando. Aprendiendo. Rodrigo y Gabriela son excepcionales con la guitarra, así que en los ensayos me fijaba en su técnica, le pedía consejos a su staff para mejorar la mía. Más que el dinero o el glamour, lo que quería era practicar lo que quería hacer, perfeccionar y aprender más con el fin de llegar al estudio mejor preparado.  Al final, podría decir ‘Fever To The Form’ es mi forma de mostrar mi compromiso con la música.”

El lanzamiento de ‘First Mind’, es tan solo una escala más en la incansable búsqueda de Nick Mulvey por encontrar sonidos, ritmos y texturas.  Se trata de un disco determinante y a momentos, difícil de digerir, dada la complejidad  de las capas que esconde cada canción.

Nick se despide de nosotros, con la esperanza de tocar algún día en México, y por qué no, tomar esa plaza que algún día dejó vacante para enseñar guitarra en la Universidad de Oaxaca.

ACTUALIZACIÓN: First Mind, el álbum debut de Nick Mulvey, se encuentra entre los 12 discos nominados para recibir el premio Mercury 2014. ¡Enhorabuena!

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