Tom Petty acaba de estrenar su nuevo álbum titulado Hypnotic Eye. El día de hoy ocupa la posición número uno en las listas de Billboard. Tiene registradas ventas históricas de 131 mil álbumes y ha sido su álbum más exitoso en ese rubro desde Wallflowers de 1994 (el cual vendió 160 mil copias). Aunque vemos su nombre en varios encabezados o lo escuchamos ser referido por otros personajes, no muchos tienen idea de quién es este señor o qué hace. La respuesta está en las líneas de abajo

La historia de Tom Petty comienza como muchas de los años 60. A los 11 años, este niño, hijo de un vendedor de seguros, conoció al personaje que más lo había impactado en la vida: Elvis Presley, quien estaba en Gainsville, Florida para filmar la película (irónicamente) llamada Follow That Dream. A pesar de que Elvis no dijo mucho, el encuentro marcaría profundamente al joven Petty. Al siguiente día Tom intercambió su resortera por una pequeña colección de discos de Elvis y Little Richard. Pettty lo recuerda de esta forma: “Así fue que cambió mi vida. Así fue que puse fin a cualquier posibilidad de hacer cualquier otra cosa que no fuera música en mi vida. No quería tener un plan emergente porque no pensaba ocupar nunca ese plan”.

El siguiente paso lógico sería formar una banda . Comienza tocando en pequeños bares con los Epics, quienes pensaron que su nombre era demasiado cursi y decidieron cambiarlo por el alburero Mudcrutch, una banda pantanosa que para 1975 no había conseguido que el Country Rock que manejaban les abriera el camino del éxito.

A pesar de haber surgido de las cenizas de Mudcrutch, los Heartbreakers de Tom Petty (fundados por él, Mike Campbell en la guitarra y el tecladista Benmont Tench) se desarrollaron en los estudios de grabación, en donde a puerta cerrada y en un ambiente controlado, pudieron experimentar para crear una música que evocaba a muchas bandas, las favoritas de los integrantes de la banda. Es común que en sus temas haya sutiles referencias a diferentes artistas y géneros, y que a la vez sea imposibles identificarlas con exactitud. Se pueden escuchar trazos del Rock británico, ritmos de música afroamericana, Rock sureño, Folk, el Pop más fino de los 50 y 60. Todo se conjunta para darle una voz única a los Heartbreakers.

Tom Petty lleva más de 30 años cultivando su fama, ya podría confiarse y depender de sus fans más acérrimos. Es un artista que creció y se desarrolló en la “era del álbum”, aquella donde uno no tenía más remedio que escucharlo de pies a cabeza, a veces con resultados sorprendentes.

A menos que dichos discos sean conceptuales, hoy en día nadie tiene tiempo ni la paciencia de dedicarle 40 minutos de un día a escuchar un disco completo. La ventaja con la que navega Petty en estos tiempos de inmediatez rampante es que tiene sencillos exitosos. A lo largo de poco más de tres décadas siempre nos tiene al menos un par de canciones memorables entre el resto que pudieran ser “olvidables” (no por falta de calidad, sino por la ya mencionada inmediatez actual, y el golpe contundente de una canción bien construida).

Con Petty no se trata de tener impacto inmediato y desaparecer (¿o alguien recuerda cuál fue la canción número uno de la semana pasada?), su música requiere algo más del escucha, requiere prestar atención, adentrarse en la historia de sus canciones.

Es aquí donde entran en juego las letras del rubio cantante. El primer referente común es citar a Bob Dylan como una influencia, quizás guiados más por la similar voz nasal que por sus destrezas como escritor de canciones. Pero en ello también guarda similitud con Dylan. La rítmica, la capacidad de análisis y descripción de situaciones comunes en apenas unas cuantas y precisas palabras lo colocan a la par con el propio Zimmerman. Es el canto de la decadencia y los sueños norteamericanos con una vitalidad renovada. Incluso Petty me atrevo a decir que le sobrepasa con la ventaja de poder ser melódico, tiene a su favor los tonos que manipulados diestramente se enclavarán en el inconsciente del escucha.

No es por nada que sus giras sean de las más exitosas cada año, tocando para más de 100 millones de personas alrededor del mundo. No es gratuito que haya vendido 50 millones de álbumes en 30 años. Artistas tan separados generacionalmente como Eddie Vedder y Stevie Nicks han recalcado el impacto que tuvo en ellos la música y letras de Tom Petty. No en balde se codeó con los más grandes en el supergrupo Traveling Wilburys, Ahí estaba Tom entre George Harrison, Bob Dylan y Roy Orbison; es uno de ellos, pertenece al olimpo del Rock.

A pesar de su relativa “juventud”, Tom Petty es ya un clásico del Rock y los clásicos habitualmente generan confianza, certidumbre. Quizás sus nuevas obras no nos cimbren como antes pero el sello, la “marca” consolidada “Tom Petty” nos asegura que tendremos algo de calidad. La grandeza de sus creaciones se mide en su desafío a los géneros, es imposible encasillarlo, es simplemente “Tom Petty”.

Quizás sea muy aventurado afirmar que al audiencia de Tom Petty se ha ido expandiendo a lo largo de tres décadas, puesto que el grueso de ella son sus incondicionales, aquellos que crecieron con él, pero es una verdad irrefutable que una nueva generación ha sido cautivada por el poder de su música y sus letras. ¿Por qué? Porque se ha vuelto muy difícil encontrar actos genuinos y con resonancia en estos días. Tom Petty y los Heartbreakers han tomado acciones como grabar un disco en el cuarto de ensayo de la banda, sin micrófonos, sin edición digital, sin audífonos, y ello da cuenta de esta afirmación. El grupo tiene que estar completamente “amarrado”, tiene que TOCAR BIEN, tiene que sonar como una banda, una unidad. Esto da pie a que todo lo que salga de los amplificadores se escuche al desnudo, como es, sin trucos para ocultar pecados. Si durante la grabación alguien no hace bien su trabajo en la banda, arruinará el esfuerzo y dedicación de los demás. Eso es tomarse una banda en serio.

Escribir o hablar sobre música nunca se comparará a la experiencia de escucharla. Eso es lo que ha hecho a Tom Petty ser grande: lo que emana de sus álbumes a través de las bocinas.

Tom Petty y los Heartbreakers puede que no sean el grupo más popular y relevante de estos tiempos pero sí son de los más auténticos, honestos y perseverantes que existen, y esas son banderas que no muchos pueden enarbolar.

T: IvanNieblas

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