En la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, “Raúl Isidro Burgos” se forman maestros para primaria, educación física y primaria intercultural bilingüe. Pocos sabían de su existencia antes del 26 de septiembre, cuando Ayotzinapa se convirtió en un foco de atención internacional tras el asesinato de 6 personas y la desaparición de 43 de sus estudiantes a manos del crimen organizado en coordinación con el gobierno.
Hace poco más de un mes, esos 43 estudiantes asistían a esta institución con la idea de formarse como maestros. Cada uno de ellos tiene una historia de vida y la voluntad de cambiar el mundo que les rodea. Hasta ahora, se ha hablado mucho de la tragedia que implica su desaparición, pero muy poco de lo que significa su vocación.
¿Cómo es estudiar en una Normal Rural?
La Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, rodeada de laderas abiertas a la siembra de maíz, cuenta con un internado, baños, comedor, cocina, dormitorios, talleres de oficios, tierras de cultivo y crianza de distintas clases de ganado.
La institución da cobijo a los estudiantes y trabajadores. En ella viven con los escasos recursos que los gobiernos les destinan y con los boteos que se ven obligados a realizar con la intención de terminar sus estudios y regresar a sus comunidades para formar a los niños en la educación básica.
El perfil del egresado es un campesino preparado para alfabetizar a sus comunidades o a otras más pobres. Dan clases en lenguas náhuatl, tlapaneco, amuzgo y mixteco.
Parafraseando a Paulo Freire, nadie enseña a nadie, sino que todos aprenden en colectividad.
La formación de los estudiantes normalistas gira en torno a tres ejes: la preparación académica, lo profesional y lo práctico. Además de formarse para ser maestros, los alumnos de Ayotzinapa siembran maíz en tiempo de lluvias, mientras que en el de sequía siembran sorgo.
En Ayotzinapa sólo pueden ingresar estudiantes de escasos recursos. En su mayoría son hijos de campesinos de las comunidades de la Montaña, Sierra y Costa Chica de Guerrero.
Los alumnos se encargan de las actividades de mantenimiento, además de participar directamente en la administración de los planteles. En Ayotzinapa, los directores no pueden tomar decisiones sin consultar al Comité de estudiantes. Este es un derecho que ganaron hace tiempo, en busca de una administración horizontal.
Historia:
Diez años después de la Revolución mexicana, se desarrolló el modelo de escuela rural para incorporar al indígena y al campesino a la vida nacional. La escuela rural intentó abatir el analfabetismo con el fin de formar a los habitantes de estas regiones en 5 ejes: social, económico, moral, intelectual y físico-estético.
Se asentaron en zonas desprovistas de infraestructura, las más remotas y pobres del país. Conforme se fueron abriendo escuelas, resultó claro que era necesario formar a una clase de maestro enfocado a la formación de alumnos de las zonas rurales, cuyos problemas y retos son distintos a los de las ciudades.
Esa es la principal diferencia entre una Escuela Normal y la Escuela Normal Rural, en esta última, los docentes tienen una formación acorde con las exigencias de la vida rural y contribuyen al desarrollo de las comunidades.
La Escuela Normal Rural se guió por el proyecto de ayudar al desarrollo del campo mediante la creación de industrias agrícolas. Se estableció en zonas que carecían de servicios públicos, como luz, agua y transporte.
Durante sus primeros años se impartían tres tipos de cursos: 1) los temporales de mejoramiento, dirigidos a los maestros en servicio (durante periodos vacacionales); 2) los regulares, dirigidos a los jóvenes campesinos interesados en la docencia (cuatro semestres, con un periodo vacacional cada 2 meses); 3) los de extensión, dirigidos a los que buscaban una formación integral (internado de alfabetización, clases durante toda la semana con temas de divulgación científica, agricultura, pequeñas industrias, economía doméstica).
La Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos es parte de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) (considerada semiclandestina).
Por sus aulas pasaron personajes como Lucio Cabañas Barrientos, fundador del Partido de los Pobres y Genaro Vázquez Rojas, líder de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR).
Ambos, encabezaron movimientos guerrilleros que se gestaron por matanzas de campesinos: primero en Iguala y después en Atoyac de Álvarez. Ambos, murieron luchando contra la inequidad, buscando mejores condiciones para sus comunidades pero perdieron la batalla, Guerrero sigue siendo uno de los estados más pobres del país.
Las normales rurales tienen escasos recursos; casi no tienen apoyo gubernamental ni infraestructura. Desde el inicio de las movilizaciones, el gobierno guerrerense les suspendió el abasto de víveres y el pago de las becas (mil pesos por alumno mensualmente).
Desde hace un mes, son las organizaciones civiles y la ciudadanía los que les suministran víveres. Aquí puedes apoyar a los normalistas de Ayotzinapa.
Mientras sus 43 compañeros aparecen, el resto de los estudiantes siguen desprotegidos.
